Científicas del Instituto Politécnico Nacional (IPN) desarrollaron dos guantes con sensores que permiten traducir las expresiones dichas a través de la Lengua de Señas Mexicana.
Hasta el momento, los guantes, que están basados en la tecnología de inteligencia artificial, ya “aprendieron” a traducir las letras de la a a la o, pero el desarrollo se tuvo que suspender debido a la pandemia del Covid-19.
El prototipo Manos que hablan consiste en una serie de sensores adaptados a un par de guantes que registran los movimientos de las manos de las personas que se comunican a través de señas.
Para recibir la traducción, sólo se necesita un teléfono con sistema operativo Android para descargar una aplicación especial y esperar a que ésta los traduzca a texto o voz.
“Es sencillo registrar el dispositivo del guante en el celular. Primero se debe buscar el bluetooth y elegir GuanteDer. En el menú de las aplicaciones elegimos el icono del traductor que tiene dos manos con fondo blanco y contorno rosa”, explicó el IPN.
El prototipo fue elaborado por Citlalli Selene Ávalos Montiel y Flor Yelitze Pérez García, de la Unidad Profesional Interdisciplinaria en Ingeniería y Tecnologías Avanzadas (UPIITA).
Cada guante tiene un sensor flexible que se extiende por la curvatura de los dedos y un acelerómetro, interruptores diseñados por las politécnicas que se ajustan a las articulaciones de la mano, así como una placa de adquisición de datos, que se puede conectar al teléfono.
Este proyecto se basó en un prototipo de 2015, pero la diferencia es que se utilizaron avances en inteligencia artificial para incorporar redes neuronales artificiales que mejoraron el reconocimiento y fueron programadas y entrenadas para detectar señas de las letras de la “a” a la “o”.
“Lograr que la red neuronal detecte con fidelidad cada una de las señas ejecutada requiere de un entrenamiento amplio con refuerzos positivos de hasta 15 repeticiones o más, es como cuando le enseñamos el nombre de un objeto a un niño, se lo repetimos una y otra vez, pero cuando va acompañado con la retroalimentación es más efectivo”, comentaron las ingenieras.
Estos fueron los primeros avances que quedaron detenidos por la suspensión de actividades por la crisis sanitaria; además, quedó pendiente el entrenamiento del resto de las letras.
“La lengua de señas es similar a cualquier otro idioma, el cual sería necesario conocer para que las personas con dificultades en oído y habla puedan sentirse integradas. [Buscamos] aprovechar la tecnología para que cualquiera tenga la posibilidad de comunicarse y facilitar su vida”.