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Decidir a quién se le da la posibilidad de vivir nunca será el mejor tema en una charla; sin embargo, en tiempos de la pandemia por coronavirus este consenso se vuelve un tema cotidiano entre el personal de salud. Ellos no son infalibles y se enfrentan a disyuntivas, a principios bioéticos y de justicia que se ven agravados por las dos pandemias que, según dice el doctor Arnoldo Kraus, atraviesa México: la pobreza y el coronavirus .
Ante la Fase 3 de la pandemia de Covid-19 que México enfrenta, así como el escenario de saturación de hospitales, recursos limitados y aumento de pacientes en agonía por contagio de Covid-19 , el escritor y articulista de esta casa editorial platicó, en entrevista con EL UNIVERSAL, sobre la Guía Bioética para la Asignación de Recursos Limitados de Medicina Crítica en Situación de Emergencia, y los factores e implicaciones que influyen para que el personal del sector Salud decidan a quién atender y a quién no en los hospitales.
En la Guía que el Consejo de Salubridad General ( CSG ) puso a disposición de la sociedad, se prioriza la atención a los pacientes con mayor probabilidad de sobrevivir y se respeta la autonomía de las personas en caso de contar con una voluntad anticipada. No obstante, el profesor de la Facultad de Medicina de la UNAM comenta que en la nueva versión se excluye el principio que priorizaba a la sociedad joven sobre los adultos mayores y dice que “esto se quitó por la protesta de la sociedad. Es obvio que era un error”.
Del mismo modo, Kraus hace hincapié en que la anterior guía pasó a proyecto y después a revisión porque “no estaba bien hecha”, debía someterse a un análisis de principios de justicia social y al respeto de la autonomía de los pacientes ( voluntad anticipada ), tomando en cuenta los recursos hospitalarios disponibles durante una situación de emergencia.
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¿Qué es la Guía Bioética para la Asignación de Recursos Limitados de Medicina Crítica en Situación de Emergencia y quiénes la elaboran?
“La hacen algunos miembros del Colegio de Bioética . Fue publicada por el Consejo General de Salud ”, organismo que se dedica a estudiar problemas desde el punto de vista laico. El escritor precisa que la guía es un mecanismo que ampara al médico en la justificación de sus decisiones y vela por el mejor trato a pacientes de terapia intensiva.
“Las guías nacen a partir del triage lo que implica es que cuando una unidad de urgencias está llena y no se tiene la capacidad para atender a todos, se selecciona”, todo esto bajo principios de justicia bioética insiste el doctor Kraus.
Señala que si bien es cierto que, con la edad el ser humano padece de más enfermedades, un factor importante a valorar son las comorbilidades, que es el hecho de tener más de una enfermedad, “esto sí sería un factor para la exclusión en la asignación de recursos, no la edad”.
De igual manera enfatiza que es difícil decidir, más cuando el médico desconoce el historial médico del paciente pues, en esas circunstancias, la toma de decisión debe ser veloz, ya que al tener a dos pacientes con características similares, es cuando se emplean principios de justicia como pasar a quien llegó primero o por la mera intuición.
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“Los médicos no son infalibles, no son dioses y esto complica la decisión. Cuando te entrenas como doctor sabes que en algunos casos hagas lo que hagas el paciente no va a sobrevivir. Si se saturan los hospitales quizá no haya fuerza laboral siquiera para hacer una mini sesión para un consenso”.
En un momento en que las unidades de salud estuvieran saturadas “la guía orienta, no decide, a los médicos para ver a quién puedes pasar porque solo cuentas con dos camas o dos respiradores y no pueden pasar todos. Las decisiones no son absolutas”.
No es fácil saber ‘este paciente sí va a sobrevivir y este quizá no’, lo óptimo sería que el médico diera el apoyo terapéutico y humano, bienes brindados por el sector, para darle la oportunidad a algunos”.
Voluntad anticipada o testamento vital, una práctica útil y poco común
México no está familiarizado con esta práctica, en la que un paciente, al momento de llegar refiera ante un notario el proceder de su persona si su salud empeora o no tiene cura. “Sería útil que en México se trabajara con esta voluntad. Que pudiera elegir si desea o no ser intubado y que se le permita morir”, menciona. En México no se sabe si se llegará a ese punto.
Para un médico también sería más sencillo el que pudiera hablar con los familiares y comentar que pese a los esfuerzos realizados “es muy probable que aún si continúan con el tratamiento va morir en uno o cinco días y que no es justo para él, que sufre más, y para ellos, pero que sí es justo (brindar el recurso) a otro paciente que aguarda en urgencias por un ventilador y que a lo mejor él sí va a sobrevivir. Es terrible, pero tiene que pasar”.
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El articulista también señala que en escenarios complicados es difícil aplicar las nociones de beneficencia, no maleficencia y justicia , aunque el personal de salud tratará, pero si le faltan elementos para actuar moralmente de forma adecuada, desde el punto de vista humano se cae en un juego de selección de “beneficiar a los más y dañar a los menos”.
En este tenor, la guía protege al médico humana y éticamente a la vez que lo protege ante la sociedad, en virtud de no ser demandado, “es una forma de dialogar en favor de los médicos y para que los pacientes entiendan que es difícil y que no hay (recursos suficientes) para todos. La ética es la ley del menor daño”, concluye Arnoldo Kraus.
Asignación de recursos y privilegio de clase
La aplicación de justicia en términos de bioética comparte las mismas dificultades que, por ejemplo, enfrenta el sistema penal, pues se vuelve complicado saber si por el nivel social se entra o no en los principios de justicia.
“Un hombre pobre contra un rico y que además es amigo de alguien del hospital, que pueda intentar por otra vía corromper (para recibir atención), esto podría hacer que se negara el servicio a indígenas, pacientes con un retraso mental, algún paciente amputado o de la comunidad LGBTTTI”, comenta Arnoldo Kraus.
Así mismo, la falta de dinero subsume a un mundo impensable, apunta el escritor, y menciona lo que se sabe en buena medida: con buena economía puedes acceder a medicina. “Siempre habrá una cama más en los hospitales privados aunque estos ya han ofrecido sus camas a la población en general, pero si tú tienes un buen nivel económico siempre tendrás privilegio y es la historia de siempre”.
El escritor señala que en México hay dos pandemias: la pobreza y el coronavirus . Hay 62 millones de pobres en el país. Y de los pobres, muy pobres, que se encuentran en la sierra de Oaxaca, Puebla y en partes Zacatecas, entre otros, hay una suerte de triages donde, si hay dos pacientes seleccionas a uno porque solo tienes una cama, entonces el paciente sufre más o se muere.
Uno de los cuatro principios de la ética es el de la beneficencia, saber que la persona a la que se atienda realmente vaya a ser favorecida en cuanto a salud de acuerdo al puntaje prioritario, esto versus el principio de no maleficencia que es no dañar, o sea, no llevar a un enfermo a terapia intensiva, tenerlo varios días y que este muera cuando quizá se sabía que no había cómo darle una buena ayuda y eso afecte a otra persona.
En este sentido el articulista de EL GRAN DIARIO DE MÉXICO indica que “la mortalidad de los pacientes que están en terapia intensiva es altísima. En países que ya van saliendo o que están estancados se habla de un 60% a 70% hágase lo que se haga”, entonces, el doctor Kraus, se cuestiona si ¿es correcto seguir apoyando al paciente grave de varios días?, teniendo la referencia anterior.
No obstante, Arnoldo Kraus plantea que podría ser más correcto, en estos casos, hablar con los familiares y señalar que pese a los esfuerzos el paciente morirá y brindar el bien indivisible (aquel que no puede ser compartido como es el caso de un ventilador) a un paciente que resguarda por uno y que posiblemente sobreviva.