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En las universidades públicas se reducirá a la mitad el número de estudiantes por salón para evitar concentraciones y limitar los riesgos de contagio por coronavirus; además, se instalarán filtros sanitarios y la educación se impartirá, cuando menos durante el próximo semestre, de manera mixta.
Instituciones como la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el Instituto Politécnico Nacional (IPN), la Universidad Autónoma Metropolitana, además de las de Querétaro, Estado de México, Baja California Sur, Morelos y Veracruz publicaron sus protocolos y comenzarán a aplicar medidas para garantizar la seguridad sanitaria de los integrantes de sus comunidades.
Cada una ha determinado las medidas de higiene a tomar de acuerdo con las recomendaciones de los expertos, los semáforos regionales de Covid-19 en sus entidades y sus comisiones locales para la atención a la enfermedad.
Sin embargo, algunas de las medidas que tomarán todas son la instalación de filtros sanitarios para detectar a personas con fiebre y entregar gel antibacterial a las personas que ingresen.
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También se colocarán dispensadores de gel para uso de la comunidad, se sanitizarán constantemente salones y áreas comunes como bibliotecas, laboratorios, auditorios y baños.
Una de las medidas más importantes será promover la sana distancia y evitar conglomeraciones en los salones de clases. Esto se logrará al reducir a 50% la cantidad de estudiantes que acudan presencialmente a sus facultades y escuelas; las clases se organizarán de manera que una mitad del grupo las tome de manera presencial unos días, mientras que la otra parte lo haga en línea y viceversa.
Serán las entidades, de acuerdo con el tamaño y capacidad de sus espacios, las que decidan los aforos; se solicitará a estudiantes, maestros y trabajadores que no se presenten si tienen síntomas de Covid-19 o enfermedades respiratorias. Se privilegiará que participen en actividades a distancia quienes pertenezcan a grupos vulnerables a la enfermedad, dentro de lo que se considerarán edad, embarazo y comorbilidades.
Rectores consultados por EL UNIVERSAL coincidieron en que las universidades públicas no estaban preparadas para enfrentar un reto de la magnitud que planteó la contingencia sanitaria.
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Detallaron que las universidades ya tenían experiencia de algunos años en los sistemas de clases en línea y educación a distancia, pero en grupos pequeños de estudiantes; sin embargo, no había manera de planear o imaginarse el tener que trasladar de un momento a otro todo su sistema educativo al entorno virtual.
“Nuestros principales problemas han sido la capacitación docente, porque la mayoría de nuestros profesores no estaban habituados al esquema virtual, otros maestros no pudieron hacerlo y el choque fue muy fuerte. Trabajaron, pero afectó su desempeño a los estudiantes. Los chicos están brincando de una plataforma a otra, con exceso de tareas, no hay la retroalimentación suficiente y el contacto con los alumnos no es el mismo”, explicó Teresa García Gasca, rectora de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ).
La contingencia planteó retos en lo pedagógico, puesto que los programas académicos y los modelos educativos de las instituciones están basados en un proceso presencial de enseñanza-aprendizaje; sin embargo, también desnudó que muchos de los estudiantes no cuentan en casa con las herramientas como computadora y acceso a internet para llevar a cabo sus actividades en línea.
“La pandemia nos demostró que hay inequidad en la distribución de las herramientas tecnológicas e internet. En Veracruz es muy claro, las condiciones son muy distintas para quienes viven en espacios rurales o en los urbanos. Teníamos consciencia de esas inequidades, pero la pandemia sin duda fue reveladora y en esta ocasión significó un reto enorme”, dijo Sara Ladrón de Guevara, rectora de la Universidad Veracruzana (UV).
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“Nos hemos adaptado de la mejor manera posible en un esquema donde nuestros programas educativos están diseñados pedagógicamente para ser presenciales. La urgencia y la necesidad nos obligaron a trabajar de forma remota, pero con un diseño no pensado para eso. De cara a lo que estamos viviendo y que probablemente se mantenga por algunos años, e incluso se convierta en una amenaza latente, las universidades tenemos que apresurar el paso en algo en lo que se viene trabajando desde hace tiempo: la educación en línea”, dijo el rector de la Universidad Autónoma de Baja California Sur, Dante Arturo Salgado González.
La situación que reportaron los rectores de las universidades estatales la ejemplifica el estudio Retos de la educación a distancia en la contingencia Covid-19, que elaboró la Coordinación de Desarrollo Educativo e Innovación Curricular de la UNAM entre 383 profesores.
Los principales problemas con los estudiantes, de acuerdo con la percepción docente, fue baja disposición y actitud; carencia de habilidades digitales y de estudio para esta modalidad; no contar con infraestructura ni dinero para conectarse a internet, y problemas para comunicarse, por ejemplo, vía correo electrónico.
Mientras que para los docentes el trabajo en línea les implicó una saturación y tener que atender hasta a 300 estudiantes a la vez; también tuvieron problemas logísticos para adaptarse al uso de la tecnología y contar con las herramientas pedagógicas para dar clases en línea.
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Situaciones similares llevaron a las universidades a implementar programas de capacitación para los docentes y a acciones como buscar que sus alumnos pudieran superar la falta de recursos o de infraestructura para tomar clases.
Por ejemplo, la UAM entregó tabletas con tarjetas SIM a más de 4 mil estudiantes que no tenían dinero, computadora ni internet para tomar clases en línea.
Además, después de la pandemia vendrán las medidas remediales para los alumnos que pudieron haber quedado rezagados en lo académico, derivado, precisamente, de no haber podido dar seguimiento a las clases en línea.
“No estábamos preparados para pasar de la parte presencial a la virtual a 100%. Nuestro programa de formación multimodal se activó de manera virtual, el protocolo que ya teníamos nos sirvió mucho para atender a los estudiantes. Pero estamos conscientes de que no todos los alumnos tienen la infraestructura, a veces en sus casas tienen una sola computadora para compartir con sus hermanos, que también van a la escuela, no todos tienen acceso a internet. Queremos identificarlo para que tomen un curso intersemestral y no se sientan excluidos”, dijo el rector de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), Gustavo Urquiza Beltrán.
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También señalaron que a partir de la contingencia y durante la llamada nueva normalidad, las dinámicas académicas deberán cambiar y transformarse en sus instituciones, que deberán repensarse para volver a clases.
“En el discurso pensábamos que la tecnología nos permitiría aumentar la cobertura. Creo que vamos a regresar con mayor madurez, hemos estado preparando a los maestros para habilitarlos, vamos a regresar con maestros mejor preparados, con estudiantes más abiertos a estas opciones y esperemos que esto signifique el crecimiento potencial de las instituciones”, consideró Ladrón de Guevara.
No se va a regresar a lo de antes, aún cuando somos presenciales se va a heredar el uso de las tecnologías, dijo el rector de la UAM, Eduardo Peñalosa Castro.