Tras reconocer que México está en Fase 2 por Covid-19 , la Conferencia del Episcopado Mexicano ( CEM ) pidió a todos los obispos en el país a suspender el culto público con presencia de fieles, sin importar si es en espacios abiertos o cerrados, hasta que la emergencia pase.
“Pedimos fraternalmente a aquellos hermanos obispos que aún no han procedido en sus diócesis a la suspensión del culto público con presencia de fieles, tanto en espacios abiertos como cerrados, a que lo realicen en bien de nuestro pueblo, manteniendo abiertos los templos y tomando en cuenta las disposiciones de la autoridad competente del lugar, hasta que la emergencia pase, y regresen las condiciones adecuadas para reanudarlo”.
En una circular interna, el organismo que preside Rogelio Cabrera López mostró preocupación por los adultos mayores que viven en el abandono, y porque el sistema de Salud Nacional colapse ante la epidemia por el nuevo coronavirus, por lo que llamó a los obispos a implementar todas las medidas necesarias a fin de evitar contagios .
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“Respecto a la seguridad nacional, nos preocupa el abandono a muchas personas mayores que se encuentran desprotegidas y que el mismo sistema de salud colapse ante el aumento de este padecimiento emergente, por lo que es necesario disminuir el número de contagios, con la ayuda de todos”.
En el documento que también es firmado por Carlos Garfias Merlos, vicepresidente de la CEM y arzobispo de Morelia y Alfonso Miranda Guardiola, obispo auxiliar de Monterrey y secretario general de la CEM, se reconoce que la Fase 2 por Covid-19 implica la transmisión local del virus y al ser altamente contagioso lo podría padecer la gran mayoría de personas, en especial adultos mayores y quienes padecen enfermedades crónicas.
“Este es un caso extraordinario y de extrema gravedad que requiere la unidad de criterio y de acción de todos los obispos del país y en sintonía con el Consejo Episcopal Latinoamericano y de El Caribe”.
Agregó que frente a la emergencia sanitaria, es necesario alentar la oración y ofrecer la celebración eucarística a través de los medios de comunicación con el personal mínimo necesario, “a fin de no exponer a las personas al contagio, pero sobre todo para hacer un servicio de comunión con todo el pueblo de México y acompañando a los sacerdotes en las disposiciones dadas, invitándoles a la fraternidad y solidaridad”.
El episcopado mexicano reitera que el mundo enfrenta una situación epidemiológica nueva que requiere de un máximo cuidado y prudencia, por lo que es necesario tomar la advertencia de otros países y de otras conferencias episcopales que pasan situaciones dramáticas.
“Es primordial que la iglesia vea más allá de sus fieles y se solidarice con toda la población. Hay que actuar con un espíritu de comunión con los organismos nacionales e internacional, con las autoridades y la sociedad. Hay que asimilar que esta situación podría durar más de ocho semanas”.
Por último, la CEM expresa que la iglesia es un referente para muchos mexicanos, por lo que debe actuar con la finalidad de orientar y ser corresponsal de la emergencia global. “Tomamos esta decisión con realismo y comprendiendo las realidades temporales, sin caer en pánico ni miedo”, finaliza el documento.
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