El gobierno de México condenó el uso del hambre como un método de guerra y calificó el hecho como algo que, simplemente, es inadmisible.
Juan Ramón de la Fuente, representante permanente de México ante las Naciones Unidas, participó en el debate sobre mantenimiento de la paz, conflictos y seguridad alimentaria —en el seno del Consejo de Seguridad—, donde se pidió atender el tema de manera urgente.
“México subraya que, de conformidad con el Estatuto de Roma, la privación del acceso a alimentos constituye un crimen de lesa humanidad, por lo que condenamos categóricamente su uso como un método de guerra. Resulta simplemente inadmisible”, exclamó el embajador De la Fuente.
Señaló que el Consejo de Seguridad debe desempeñar un papel decisivo y garantizar que las partes involucradas en los conflictos armados respeten el derecho internacional humanitario, así como aseguren el acceso irrestricto de la población civil a la asistencia humanitaria.
En el seno del Consejo de Seguridad —en el cual México ocupa un lugar no permanente—, Estados Unidos convocó a un debate sobre el impacto de los conflictos armados, las hambrunas y la seguridad alimentaria. Ello, expuso el embajador mexicano, es una oportunidad para avanzar en un tema crítico y que requiere una decisión unificada y colectiva de manera urgente.
“Se trata de una crisis muy grave y urge que este Consejo actúe en consecuencia. Los conflictos armados son la causa más importante de las hambrunas y del aumento de inseguridad alimentaria”, expuso De la Fuente.
La inseguridad alimentaria, lo mismo que la hambruna, agregó, se acentúan exponencialmente en situaciones de conflictos armados.
Detalló que los problemas en la producción, procesamiento y distribución de alimentos, así como el acceso inequitativo a éstos, disparan agravios económicos y desigualdades, además de que desencadenan violencia en contextos frágiles y en aquellos que no lo son tanto.
Reconocerlo no basta, destacó, es necesario resolverlo: “La seguridad alimentaria es vital en la prevención de conflictos; la reducción del hambre y la desnutrición es necesaria para la cohesión social, para la estabilidad, para la paz”.