El retorno a la presencialidad de la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería —luego dos ediciones realizadas en formato digital por la pandemia del Covid-19 — emociona a los editores, pues sumará a la recuperación económica, pero también reabre discusiones que la pandemia detuvo: la FIL Minería representa una inversión muy alta en la compra de espacios de exhibición por metro cuadrado, incluso es más cara que la propia FIL Guadalajara , afirman editores.
La FIL Minería, que hoy se inaugura y estará abierta hasta el 6 de marzo en el Palacio de Minería, ha sido cuestionada por sus altos costos de venta de stands que han llevado a varias editoriales a no acudir. El caso más reciente y polémico es el del Fondo de Cultura Económica-Educal-DGP. La editorial no estará en Minería, pero ha organizado un Tendido de libros en el Palacio Postal, a unos metros de Minería y durante casi los mismos días de la FIL . Paco Ignacio Taibo II, director del Fondo, asegura a EL UNIVERSAL que “para una editorial como la nuestra, cuyo objetivo es vender libros baratos, los costos de una feria como la de Minería son excesivos”. Y señala que el pago del último stand en la FIL Minería, durante 2020, fue por un millón 279 mil 16 pesos, “este año ascendería al doble”.
Incluso, Antonio Hernández Estrella, subgerente de comercialización del Fondo, en un programa de televisión del pasado martes, aseguró que el stand en la FIL Guadalajara por metro cuadrado está en 4 mil 200 pesos, mientras que en la FIL Minería está en 11 mil 250 pesos.
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Los costos que ha alcanzado Minería en los últimos años ya habían comenzado a ser cuestionados por editores en los últimos años, e incluso ya se había iniciado un diálogo con la dirección de la Feria, que fue interrumpido por la pandemia.
Hugo Setzer, presidente de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana, reconoce que el costo por metro cuadrado en Minería “sí es más alto que cualquier otra feria, incluso Guadalajara”. Pero dice que Minería sigue siendo muy importante y la seguirán apoyando. “Nuestra posición sigue siendo de apoyo a la Universidad Nacional y a su feria de Minería, y la mejor forma de irlo resolviendo es el diálogo. Me preocupa que haya editores que digan que ya no están participando por cuestión del costo. Como Cámara, deberíamos buscar que sea una feria en la que esté toda la industria. Si logramos también costos más bajos, si logramos dialogar con el Fondo, que también es afiliado de la Caniem, para que regrese... es parte del diálogo”.
Sin embargo, hay cuestionamientos por la actuación del Fondo de Cultura , que “aprovecha” las instancias institucionales y el flujo de visitantes a la FIL de Minería. Fernando Macotela, director de la Feria, asegura que el Fondo les dio largas y apenas hace dos o tres semanas les dijo que no compraría el stand, con el argumento de que tiene problemas económicos.
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“El FCE-Educal se tardaron un poco en decirnos que no iban, ya luego entendimos por qué no iban. Nos decían ‘estamos viendo porque las cuentas no salen’, y la última respuesta fue ‘no, definitivamente no podemos asistir porque tenemos problemas económicos’ y fue hace como dos o tres semanas”, dice Macotela, quien explica que Minería es la máxima exposición bibliográfica anual en la Ciudad de México y eso lo saben sus visitantes, aunque no descarta que se pasen por el Palacio Postal, “no dudo que si ven mitote en otro lado pues también entren, pero ahí van a encontrar exclusivamente los libros que el Fondo hace, cada quien publica los suyos y ellos sabrán dónde los venden”.
El editor de Grano de Sal, Tomás Granado s, cuestiona el uso de infraestructura estatal. “Si lo introdujeran y crearan una nueva Educal en el Palacio Postal, donde más editoriales pudieran vender, a lo mejor podría tener a largo plazo algún efecto, pero en este momento es esta suerte de egoísmo. Yo he dicho, el Fondo se ha vuelto egoísta respecto de los demás editores”, señala.
Hoy, a las 11 horas, se inaugura la edición 44 de la FIL de Minería, que este año, a decir de Macotela, tiene un presupuesto de 10 millones y medio de pesos. “Algunas veces llegamos a tener 12 o 13 millones y normalmente nuestros ingresos estaban medio millón arriba de lo que se había gastado. La Universidad no persigue fines de lucro, nosotros no estamos haciendo eso para ganar dinero, lo único es que no tenemos ningún subsidio en la Feria como para que deba poner la Universidad. Nuestra obligación es estar en números negros”.
Setzer dice que los editores quieren que Minería siga existiendo, desde antes estábamos en un diálogo con la dirección de la Feria para que conversemos acerca de los costos, porque corremos con costos muy elevados, corremos el riesgo de matar a la gallina de los huevos de oro”.
Taibo II asegura que el Tendido de Libros no tendrá costo para el FCE, “se va a llevar a cabo a través de una alianza con Correos de México”, pero dice que podrían regresar “si Minería corrige el error”.
Grandes novedades
La FIL Minería regresa a la presencialidad en su edición 44, ahí se presentarán novedades editoriales importantes como parte de un programa que este año llega a las mil 226 actividades, entre ellas 889 presentaciones de libros, y con la participación de 280 sellos editoriales.
Entre los libros más esperados están Relatos recobrados de Elena Garro, con tres cuentos inéditos de la escritora mexicana, con facsímiles de su puño y letra o mecanuscritos con anotaciones de Garro al margen, que es publicado por Ediciones del Lirio y la BUAP. La escritora Olivia Teroba, autora del prólogo del libro, asegura que se trata de “borradores, que quizás se iban a publicar, pero no sabemos por qué no se publicaron”, pero a los lectores nos permite conocer su proceso de escritura y cómo ella iba formando los cuentos; y asegura que aunque no están fechados, conociendo su trabajo, “tengo la impresión que son textos que se escribieron entre los 50 y 60, y que se trabajaron del 60 al 80, cuando los estaba preparando para ser publicados, ella se estaba cuestionando si publicarlos o no”.
Otra edición importante es Reportajes a Dios dar: un año en Así (1940-1941), publicado por el estado de Guanajuato —que es el Invitado de Honor de la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería—, con textos periodísticos y artículos de fondo, inéditos en formato de libro, de Efraín Huerta, que el poeta publicara en la revista Así en los años 40; editado por Antonio Cajero y Sergio Ugalde.
Así como un estudio académico, lingüístico y literario de las canciones de José Alfredo Jiménez, realizado por su hija Paloma Jiménez, titulado Cuando te hablen de amor y de ilusiones.
El libro es prologado por Juan Villoro.
Además, presentarán el libro Tiempo en piedra, del Instituto de Geología de la UNAM, con prólogo de Mónica Lavín, sobre el Geopedregal, un espacio recuperado desde hace 10 años de los pedregales que dejó la explosión del volcán Xitle.
Otra de las novedades importantes en la FIL Minería es la biografía Álvaro Obregón. Luz y sombra del caudillo, de Felipe Ávila, publicada por Siglo XXI.
Y otras de las obras que seguirán dando mucho de qué hablar son Desigualdades y Saramagia, este último un libro que da cuenta de la relación de José Saramago con México. Estos dos materiales son publicados por Grano de Sal.
Pero sin duda, el gran invitado de la FIL es el Estado de Guanajuato, que regresa a 11 años de haber tenido la primera invitación. “Contaremos con un pabellón en el que tendremos toda la producción editorial del estado de Guanajuato”, asegura Mauricio Vázquez, director Editorial del Instituto Estatal de la Cultura, quien reconoce que la producción editorial goza de cabal salud en ese estado: “Hay una buena cuota anual de producción literaria y en Minería tendremos 5 mil libros en un primer envío”.
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