En los últimos tres años y medio, un millón 818 mil 147 migrantes mexicanos fueron detenidos en la frontera norte al tratar de alcanzar el sueño americano, superando en 35% a los que se detuvo en todo el sexenio del expresidente Enrique Peña Nieto, que fue de un millón 163 mil 909 connacionales.
Cifras de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés) revelan que en el actual gobierno mil 426 migrantes mexicanos son arrestados diariamente intentando cruzar la frontera norte, y 59 cada hora.
En 2013, cuando apenas arrancaba la administración de Peña Nieto, las detenciones de migrantes se mantuvieron entre 130 mil y 267 mil, mientras que en el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador hubo un aumento de 120.2% en 2021 con respecto a 2020, cuando se pasó de 297 mil 711 arrestos de connacionales a 655 mil 594.
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Tan sólo durante el año fiscal 2022 estadounidense, que inició el 1 de octubre de 2021 y terminará al 30 de septiembre del presente, los arrestos de migrantes que buscan llegar a la Unión Americana alcanzan los 627 mil 764, 27 mil 830 menos que los que se reportaron en todo 2021.
Las cifras de la CBP revelan que en este año fiscal fueron arrestados 20 mil 290 menores de edad no acompañados y mil 891 que iban con alguien más.
Las mayores detenciones han ocurrido en San Diego, El Centro, Yuma, Tucson, El Paso, Big Bend, Del Río, Laredo y Río Grande Valley.
En este gobierno, las muertes de migrantes que intentaron cruzar hacia EU alcanzaron las mil 104, según la CBP. En los primeros tres años del sexenio de Felipe Calderón, esa cifra llegó a mil 103, y con Enrique Peña Nieto, a mil 17, revelan las cifras de la CBP.
Excomisionado del Instituto Nacional de Migración (INM), Tonatiuh Guillén López, expone a EL UNIVERSAL que la migración de connacionales es un termómetro social: “Entre más gente tiene necesidad de salir, más grave es tu escenario interno y no podemos ignorarlo, sino analizarlo bien y establecer medidas correctivas, que no las veo que estén caminando”.
Indica, además, que el aumento de mexicanos en el flujo hacia la Unión Americana comenzó entre mayo y junio de 2020, por el efecto de la economía nacional en las familias: “En los meses previos, había una tendencia a la baja en cuanto a la migración mexicana hacia Estados Unidos.
“El aumento de migrantes se debe principalmente a los efectos de la crisis en el ingreso de las familias y así inicia este ascenso que no ha parado”.
El exfuncionario sostiene que “en este gobierno se echó a perder una curva de estabilidad muy grande que traíamos desde 2008. Pero se echó a perder por los efectos económicos provocados por el desempleo, el cierre de empresas y la pérdida de los ingresos familiares. Es un problema económico muy grande el que estamos viviendo. Por esa causa, otra vez las personas están intentando buscar alternativas en Estados Unidos”, añade.
Guillén López resume en pocas palabras el incesante crecimiento de migrantes mexicanos a la Unión Americana: “No hay dinero para muchas familias mexicanas”.
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“La migración mexicana seguirá. Como están las cosas, eso no tiene freno ahorita. Así que vamos a seguir viendo números muy importantes del flujo de mexicanos hacia EU”, comenta.
El extitular del INM afirma que el aumento de las remesas que envían los mexicanos que radican en la Unión Americana es un reflejo de la crisis económica que se vive en el país.
“Las remesas están retratando nuestro problema interno. No es que haya abundancia del otro lado, es que las familias mexicanas están necesitando más apoyo. Entonces, sus familiares que radican en el vecino país del norte están haciendo un esfuerzo adicional”, comenta.
Sostiene que “como muchas otras cosas en el país, teníamos una economía no muy buena, pero funcionaba, y ahora tienes una muy deteriorada (...) La migración mexicana está retratando el tamaño de nuestro problema económico y social.
“Con todo y que repartas dinero, y con todo y el programa de arbolitos, nuestro problema económico sigue siendo muy grave. Las remesas no hay que leerlas como un triunfo, es el fiel reflejo de nuestras necesidades y de la generosidad de los mexicanos del otro lado, ayudando a sus familias. Entonces, el cuadro no es lindo, es muy complicado”. Profesor investigador del Centro de Estudios sobre América del Norte (CISAN) de la UNAM, Roberto Zepeda Martínez explica que 90% de la migración mexicana hacia Estados Unidos es laboral, porque el salario mínimo estadounidense es 10 veces superior al de nuestro país.
“Simplemente eso se convierte en un aliciente para que se dé la migración. Supuestamente en México ya se habían creado empleos, pero el aumento de los flujos sigue porque de todas maneras pagan menos en el país. ¿Cuándo se va a acabar esa migración? Cuando se reduzca esa brecha salarial”, subraya.
Sostiene que “algo está pasando en México, que no se están generando los empleos necesarios para evitar que más gente intente alcanzar el sueño americano.
Conrado Zepeda, director del Servicio Jesuita a Refugiados México, dice que seguramente 2022 cerrará con la cifra de detenciones de migrantes mexicanos más altas de los últimos años.
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