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La llegada de la pandemia hizo que Yesenia Rojas diera un pequeño giro en la lucha social que encabeza en Anaheim, California.
Desde marzo pasado comenzó a coordinar a más de 15 personas para lograr la donación de despensas, cubrebocas y gel antibacterial, entre otros insumos, para ayudar a la comunidad migrante en aquella zona californiana.
En el camino ha perdido a cinco integrantes de su familia y actualmente comenzó una cuarentena en su casa, pues un compañero de trabajo dio positivo a coronavirus.
Yesenia, de 43 años, es originaria de Pénjamo, Guanajuato. Sus padres se la llevaron a Estados Unidos cuando tenía 10 años de edad. La mujer ya cuenta con residencia legal en ese país.
Rojas es fundadora del Club El Zapote de Cestau, a través del cual trabaja para ayudar a la comunidad migrante que radica en California.
El proyecto busca lograr visas humanitarias, recaudar fondos para traslados de cuerpos, becas para jóvenes y gestiona donaciones entre ciudades, sobre todo para ayudar a los lugares de origen.
“La verdad es que esto de la pandemia ha sido una experiencia muy grande.
“Desde marzo pasado comenzamos a ayudar a la comunidad con víveres y despensas para familias que comenzaron a aislarse por el tema del coronavirus”, comentó Rojas en entrevista con EL UNIVERSAL.
Actualmente, el trabajo se ha concentrado en llevar agua, pañuelos y cubrebocas a los agricultores que cortan frutas y verduras en California.
Insumos, a través de fundaciones
Entre junio y julio pasado, Yesenia recibió la primera de varias llamadas.
Familiares cercanos fueron contagiados con Covid-19 y lo que hizo fue comenzar a apoyarles con comida.
“Una prima entró al hospital con fiebre y dolor de cabeza, [pero] ya no regresó.
“Una sobrina, de 21 años, estaba muy subida de peso, se contagió y murió; la esposa de mi primo también.
“El sobrino de un paisano de allá de mi pueblo también murió. Un buen número de familiares se han aislado por lo mismo”, contó.
En California se congrega un alto porcentaje de los llamados “empleados esenciales”, que son los que trabajan en el campo.
Este sector se ha visto seriamente afectado por la propagación del Covid-19 en aquella entidad de Estados Unidos.
Distintas organizaciones, como la que encabeza Yesenia, se han unido para poder brindar apoyo a las familias, principalmente cuando algún integrante tiene que aislarse por ser sospechoso portador de la enfermedad.
“Ha sido un tiempo muy difícil, con muchos retos, sobre todo cuando te llaman para decirte que un miembro de la familia tiene Covid-19.
“Si ya está en el hospital, tienes que fingir que todo está bien, pero es muy duro ver cómo la gente enferma y muere”, comentó.
El problema para la comunidad latina en California es que casi toda forma parte de los trabajadores esenciales, quienes no han podido quedarse en casa: agricultores, cajeros, camioneros, empacadores de carne y repartidores de comida, entre otros.
En California, autoridades registran más de 650 mil contagios de Covid-19.
“Entre Anaheim y Santana [California] se ha registrado un muy alto número de contagios entre la comunidad latina. Resulta ser la más contagiada porque es la que tiene que salir a trabajar, pues hay que comer, hay que pagar la renta, somos los trabajadores de servicios, no podemos quedarnos en casa.
“Pero otro de los problemas es que a veces nosotros mismos no entendemos la gravedad del caso, no usamos cubrebocas, no nos cuidamos y más si los mismos gobernantes no llaman a que se use la máscara”, expresó Yesenia.
Esta activista vivió las consecuencias del coronavirus en su familia. Los integrantes fallecidos se quedarán en Estados Unidos, pues la mayoría no acepta la cremación y por ahora no es posible enviar cuerpos a México.
Ahora, Yesenia está aislada con sus hijos hasta que se descarte o confirme si es portadora del Covid-19.
“Alguien [un compañero] dio positivo [a coronavirus] en el lugar en donde trabajo y por ello tengo que estar aislada”, lamentó la mujer.