Fue la revancha y el desquite de los legisladores de la Cuarta Transformación contra el INE. “¡Bájate el $ueldo!”, “¡Traidor!”, “¡Cobarde!”, “Pueblo pobre… INE Rico”, así recibieron los diputados de Morena y del PT al consejero presidente del máximo órgano electoral, Lorenzo Córdova, al comparecer, por primera vez en la historia, ante el pleno de la Cámara Baja.
El objetivo de la comparecencia era que Córdova sustentara el presupuesto solicitado por el INE, de 24 mil 650 millones de pesos para 2022; sin embargo, se convirtió en una batalla campal, con insultos y hasta descalificaciones.
Los diputados integrantes de la coalición oficialista acusaron al consejero presidente y al INE de ser un órgano rico y caro, de no bajarse los salarios, odiar al presidente Andrés Manuel López Obrador, no ser austeros, querer bloquear el ejercicio de la revocación del mandato, legislar por encima de la Cámara de Diputados, de traidores de la democracia y de haberles quitado las candidaturas a Félix Salgado (Guerrero) y a Raúl Morón (Michoacán).
Además, Morena advirtió que van por una reforma constitucional en la que el INE regrese a ser el Instituto Federal Electoral (IFE).
Al consejero le sacaron decenas de carteles con críticas. En defensa del instituto, panistas como Mariana Gómez del Campo y Teresa Castell mostraron frases como: “INE es México” y “Yo defiendo al INE”.
A Lorenzo Córdova le recordaron un episodio desafortunado en su carrera.
Fue cuando se filtró un audio en el que se mofaba de la forma de hablar de los indígenas, así como de los padres de los normalistas desaparecidos de Ayotzinapa en 2015.
Por este episodio le gritaron: “¡Racista y clasista!”, y le sacaron pancartas con frases como: “Yo gran jefe toro sentado, líder de gran nación chichimeca chi chi caída” , además de: “¡Tenga para que se entretenga, consejero clasista!”.
El vicecoordinador del PT, Gerardo Fernández Noroña, subió a tribuna y le dijo que era bienvenido a la Cámara de Diputados, que ahí podía hablar sin mordaza, a diferencia de la que impone arbitrariamente en el INE, porque con su enloquecedora arrogancia se cree autoridad sanitaria, después de que el propio Córdova y todo el Consejo General lo dejaron solo en el órgano electoral, por negarse a usar cubrebocas en plena pandemia.
En alusión al apodo que le pusieron los panistas, Changoleón legislativo, Fernández Noroña traía un sobre amarillo con dos marionetas dentro: un chango negro que se colocó en la mano derecha, y un león, que se puso en la izquierda.
“Mis nahuales, el león y el chango. El chango y el león, mis nahuales. La próxima semana los atenderé”, advertía a quienes llama paniaguados.
“Son las expresiones de este hombre que debería renunciar por esa actitud racista, clasista, majadera, infame, inaceptable para un funcionario de la República. Es de una desvergüenza inaudita”, dijo Noroña.
Al ver la descortesía, Córdova le dio unas palmadas en la espalda al legislador, quien le dijo: “¡No me toques!, ¿qué te crees? ¡Igualado!”.
“Córdova, de dónde te nació lo farsante, de dónde te nació lo obsesivo enfermizo. Yo fui compañero hace 40 años del diputado federal Arnaldo Córdova, ese sí era demócrata.
“Aquí construimos parte de la democracia que este señor se ha empeñado en envilecer acto con acto.
“¿De dónde te nació lo farsante?, ¿por qué no contestas lo de tu sueldo?, ¿la inmoralidad de tu sueldo?, ¿por qué no te lo bajas?, porque vives otra realidad, porque no vives en el México de los 30 millones que votaron por Andrés Manuel López Obrador. Ustedes no entienden, ciritos y lorencitos”, mencionó Cantón Zetina.
Al abandonar la tribuna, Córdova le volvió a extender el puño para despedirse y, ahora sí, lo chocaron y hasta se fundieron en un abrazo, lo que provocó la risa de todos, hasta de Sergio Gutiérrez.
Otra diputada crítica fue Lilia Aguilar, quien dijo: “Necesitamos un INE transparente, objetivo, apegado a la legalidad, no un bravucón de lengua floja, racista, con tendencia al sofisma y con un ego grande, grande. Gobiérnese, señor consejero presidente, porque está usted en la tribuna de este Congreso de la Unión”.
Fueron cinco horas y media de la comparecencia inédita de un titular de un órgano autónomo ante la máxima tribuna del país, que se mantuvo ecuánime y cordial, aunque para los diputados de la Cuarta Transformación mantuvo una actitud soberbia y altiva. Fue el día en el que rindió cuentas un consejero electoral.