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Q ue la pareja amada nunca se vaya, conseguir trabajo, migrar a otro país y resolver problemas legales son algunos deseos que santeros prometen cumplir con rituales en los que usan huesos humanos, en específico cráneo, brazos y piernas.
Antonio Soto se dedica a la santería desde hace 22 años. Por un trabajo en el que se requieran huesos humanos puede cobrar hasta 35 mil pesos. “Lo más común son los amarres. Vienen mujeres a pedirme que su esposo, novio o amante no las deje; les pido un cráneo, una gallina y otras cosas, pueden comprar su material o lo hago yo; casi siempre es así, porque los huesos no se consiguen tan fácil, más mi mano de obra, al final cobro 32 mil o 35 mil pesos. Es caro, pero tienen resultados”.
A Toño no le importa que la venta de huesos no sea legal, “yo sólo cumplo con mi trabajo”.
Cruzar a Estados Unidos es otra petición común y para hacerla realidad se necesitan los huesos de unas piernas, “no sólo es para que pasen del otro lado, sino para que vayan seguros, es una manera de proteger su andar. Por este trabajo, con 15 mil o 20 mil pesos obtienen lo que quieren”.
Con amigos que tienen locales en el Mercado de Sonora, Antonio compra sus “herramientas”. Admite que a él le dan un precio más bajo de lo que gana, “la magia tiene su chiste, yo doy de mi energía y parte de las ganancias son para mis santos. Todos los días hay que humearlos con puro, ponerles fruta, coco rallado, nueces o almendras y escupirles aguardiente”.
Un cráneo, que es lo más caro, lo consigue en 2 mil 500 pesos; él lo vende hasta en 7 mil 500 cuando sólo le piden el resto humano, más el precio de cirios o animales, según el ritual.
Para obtener empleo o resolver problemas legales, el santero pide a sus clientes un par de manos o brazos. “Para la chamba bañamos los huesos con la sangre de una gallina, un conejo o un chivo, entre más grande el animal más efectivos los resultados, y en cosas legales sólo ayudo a personas inocentes y a precios más bajos”.