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El gabinete de seguridad federal detectó que el Cártel de Sinaloa recurre cada vez más a la clonación de uniformes de las Fuerzas Armadas y a la promoción de protestas civiles, para inhibir los operativos contra los laboratorios clandestinos de fentanilo y metanfetamina.
Se trata de una estrategia parecida a la que el Cártel del Noreste, una escisión de Los Zetas, aplicó entre 2014 y 2018 para sacar a la Marina de Nuevo Laredo, Tamaulipas, una ciudad estratégica para el trasiego de drogas a Estados Unidos, en disputa entre células del Cártel del Noreste y del Cártel del Golfo.
De acuerdo con funcionarios federales, miembros de la facción de Los Chapitos están cometiendo fechorías con uniformes clonados, los cuales se parecen mucho a los que utilizan los marinos y militares desplegados en Sinaloa, donde desde hace meses llevan a cabo operaciones por tierra y aire para erradicar plantíos de amapola, marihuana y laboratorios clandestinos utilizados para elaborar drogas sintéticas.
El camuflaje les ayuda a movilizarse sin problema por las comunidades del estado y a pasar desapercibidos a la hora de cometer actos ilícitos en zonas rurales y urbanas. En las últimas semanas, elementos de la Marina, adscritos a la Octava Región Naval, con sede en Mazatlán, Sinaloa, aseguraron uniformes de manufactura apócrifa.
Los mandos navales en el estado no descartan que algunas prendas sean del personal dado de baja, que al salir de la institución armada se llevan los uniformes.
“De alguna manera son [los uniformes] del personal que ha causado baja por deserción y que ha sido sustraído por personas, pero sí estamos con la información de que presuntamente haya gente de otras áreas que no sean de la Marina que usa uniforme”.
La Marina y el Ejército mantienen en Sinaloa una intensa operación para la búsqueda y localización de laboratorios clandestinos de fentanilo y metanfetamina.