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Un seguimiento permanente a sus asambleas, reuniones con líderes políticos de la época, así como las llamadas telefónicas donde recibían órdenes por parte de las autoridades del gobierno de la Ciudad de México, son algunos de los aspectos que elementos del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) reportaron durante la huelga que mantuvo el Consejo General de Huelga de la UNAM hace 20 años.
En el expediente que el organismo de espionaje del gobierno mexicano hizo sobre este movimiento, del que EL UNIVERSAL tiene copia, sobresalen nombres de funcionarios de la presente administración federal como Ariadna Montiel, subsecretaria de Bienestar, y de Rosario Robles, quien fungió el sexenio pasado como secretaria de Sedesol y Sedatu, así como Fernando Belaunzarán, miembro de la dirección nacional del PRD. También se señalan las reuniones que tuvo Pablo Gómez, actual diputado federal de Morena, en su casa con activistas.
En el documento, de 60 hojas, de manera cronológica los elementos del Cisen reportaron de manera diaria las actividades del movimiento estudiantil del 1 de marzo de 1999 al 2 de febrero de 2000, cuatro días antes de que la entonces Policía Federal Preventiva (PFP) entrara a las instalaciones universitarias para acabar con la huelga estudiantil, considerada la más larga en la UNAM.
Increpan a ex rector. El nombre de Ariadna Montiel, actual subsecretaria de Bienestar y encargada de algunos de los programas sociales insignia del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, sale a relucir encuatro ocasiones en el documento de espionaje como líder estudiantil de la Facultad de Arquitectura, así como integrante de la Coordinadora Estudiantil Democrática.
Un mes después, el 20 de septiembre, elementos del Cisen reportaron que Montiel tuvo una participación destacada en la asamblea que tuvo el CGH, donde se acordó conformar una comisión de 13 delegados rotativos de 120 integrantes del CGH y la exigencia de un diálogo abierto y público.
En una entrevista hecha por El Gran Diario de México en septiembre de 2015, la subsecretaria reconoció que participó en la huelga y aseguró que “desde muy joven tuve muchas inquietudes. Cuando estaba en la Universidad viene el planteamiento del incremento de cuotas; nuestra primera opinión fue negativa. El mecanismo que utilizó la Universidad para implementar su plan fue el menos adecuado. El resultado fue una oposición y me sumé al movimiento estando en la Facultad de Arquitectura”.
Robles pidió retirar bloqueo. En la página 10 del expediente se indica que el 14 de junio integrantes del CGH identificados con el ala radical bloquearon Periférico, frente a Perisur, pero bastó una llamada de Rosario Robles, entonces secretaria de Gobierno del Distrito Federal, a Sergio Méndez Silva, líder estudiantil de la Facultad de Derecho, para que esta vialidad quedará libre.
“En tanto, 350 integrantes del CGH de la fracción radical [ultras] bloquearon el Periférico a la altura del centro comercial Perisur, el cual quedó libre luego de que Sergio Méndez Silva recibió una llamada de Rosario Robles Berlanga, secretaria de Gobierno del Distrito Federal”, se lee.
El expediente detalla que el 10 de agosto, cuando el conflicto cumplía cuatro meses de iniciado, en un foro debate en donde se discutieron alternativas de solución al problema hubo un “conato de enfrentamiento” entre Fernando Belaunzarán, en ese entonces estudiante de la Facultad de Filosofía y Letras y líder del Consejo Estudiantil Universitario (CEU), identificado con el ala moderada, y El Mosh, luego de que el ahora líder del PRD le impidiera a este último el acceso al foro con el argumento de que boicoteaba todo intento de solución al conflicto, además de criticarlo de mantener una postura de “todo o nada” .
Líderes del CGH se reunieron en casa de Pablo Gómez. Elementos del Cisen reportaron que el 17 de agosto, activistas de la Comisión Democrático Estudiantil se reunieron en la casa de Pablo Gómez, entonces diputado del PRD, “donde se propuso impulsar en la plenaria del CGH del 19 de agosto la propuesta de los profesores eméritos y, en caso de no lograr ese propósito, impulsar una consulta entre la comunidad universitaria sobre la viabilidad de efectuar un Congreso Universitario”.