Al acercarse la temporada navideña miles de personas buscan con ansias las decoraciones que darán a sus hogares un ambiente festivo, cálido y familiar, pero detrás de algunos de estos adornos, como los creados en Chignahuapan, se esconde algo más que el simple propósito de adornar.
Este pueblo calificado como el sitio de la eterna Navidad alberga decenas de familias que desde hace más de 40 años encontraron en la fabricación de esferas y adornos con vidrio soplado u otros materiales su profesión, vida y pasión.
“Escuchaba una plática del precursor de la esfera, que fue el señor Rafael Méndez, comentaba que se había ido a otros lugares y la gente no se atrevía, ni quería trabajar la esfera, y cuando llegó a Chignahuapan encontró a la gente dispuesta”, dijo Antonia Bonilla, encargada de la Fábrica Esferas Esnaviso, empresa que lleva en el mercado 34 años.
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“Desde que llegó sus propios trabajadores se dedicaron a hacer talleres pequeños, que hoy ya son fábricas. Él comentó: Yo encuentro que Chignahuapan tiene ese don, porque yo fui a otros lados y sólo aquí la gente se prestó para hacer este tipo de esferas”, agregó.
Bonilla relató que la mayoría de los empleados de la fábrica son madres de familia, quienes además de dedicarse al hogar, se dan tiempo para la creación de las esferas; sin embargo, no deja de lado el trabajo de los demás artesanos, pues está convencida de que Chignahuapan tiene un don.
“Cada artesano en Chignahuapan tiene su propia esencia y eso es lo que también nos hace diferentes a muchos lados del mundo, porque en Chignahuapan existe creatividad, mucho trabajo, mucho esmero y esfuerzo en cada pieza terminada”, dijo Yair Armando Herrera Olvera, propietario de Esferas Campanita.
La encargada de Esferas Esnaviso destacó que ese negocio comenzó como un pequeño taller en el que trabajaban apenas seis personas, por lo que ahora se enorgullece de ver hasta dónde han llegado, pues ahora los artesanos fabrican de 500 a mil esferas por día.
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Al respecto, al igual que Bonilla, Yair Armando Herrera Olvera, propietario de Esferas Campanita, comparte el orgullo que siente por su negocio, el cual inició con sus padres en 1999 y poco a poco ha crecido, tanto que incluso ha llegado hasta el Vaticano.
Comentó que tras la organización por el gobierno del estado de La Navidad de Puebla, en el Vaticano hubo una selección de productos que pasaban por diferentes filtros y al final, aseguró, tomaron la decisión de elegir un nacimiento monumental de 1.60 metros.
La artesanía se enviaría en 2019; sin embargo, debido a la pandemia de Covid-19 no se pudo realizar el envío y se postergó a finales de noviembre de 2021.
Aunque no esperaban ver al papa Francisco, “tuvieron la suerte de conocerlo”, de compartirle cómo es su trabajo y recibir de sus manos un libro y un rosario, que la familia de Herrera Olvera atesora; además pudieron obtener la bendición papal para su negocio y para Chignahuapan.
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“Los ojos de todo el mundo estuvieron observando nuestras piezas, nuestros nacimientos, nuestro árbol de Navidad y la verdad es que nos complace mencionar que para mí en lo personal ha sido uno de los retos más importantes de mi vida y que quiero continuar con diferentes retos”, resaltó.
Herrera Olvera confió en que este hecho marcó de alguna manera a su familia y los chinaguapenses, pues destaca la labor y el reconocimiento que ha obtenido su trabajo y el de la comunidad, por lo que exhorta a todos los turistas que visitan el pueblo a consumir sus artesanías y así poner “su granito de arena” para apoyar los productos elaborados con manos mexicanas.
Si bien reconoció que no ha sido un camino fácil, y que es un trabajo constante de innovación y creatividad, enfatiza la satisfacción y el orgullo de ser parte de Esferas Campanita, empresa que al año realiza al menos un millón de esferas de diferentes modelos para comercializar en México y el mundo.