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Habrá cero corrupción en el uso de los recursos para el campo, los cuales serán enfocados a la población con más necesidad, asegura Víctor Villalobos Arámbula, titular de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader).

En entrevista con EL UNIVERSAL Villalobos Arámbula, quien tiene más de 30 años de experiencia en el sector agrícola, reconoce que la “misión” de dirigir la Sader no será fácil; sin embargo, aseguró que se cuenta con todas las herramientas para rescatar al agro mexicano en la actual administración.

Resalta que los problemas que enfrenta el campo no se pueden resolver a corto plazo, pero los recursos con los que contará la dependencia serán orientados para combatir la pobreza en las zonas rurales, con el fin de hacer de la agricultura un sector más incluyente.

Mejorar la productividad y hacer esta actividad más sustentable son las prioridades del funcionario, quien expresa que entre sus preocupaciones se encuentran el uso del agua en la agricultura, puesto que muchos de los sistemas de riego son arcaicos y con poca eficiencia, lo que genera mayor gasto del recurso.

¿Cómo asume la secretaría?

—Estamos listos y preparados para asumir esta responsabilidad, reconociendo que no es una misión fácil, pero también tenemos las herramientas para el rescate del campo.

Que haya tranquilidad, no se pueden resolver a corto plazo, pero los vamos a atender con mucha prestancia, transparencia, con cero corrupción en el uso de los recursos.

El presidente Andrés Manuel López Obrador ha mencionado varias veces que hay que rescatar el campo, ¿cómo?

—Hay que reconocer que hay diferentes tipos de agricultura en todo el país y, como consecuencia, diferentes tipos de productores.

Cuando hablamos de rescatar el campo es porque existe una gran proporción de la sociedad rural que está en pobreza extrema, aproximadamente 80%, y gran parte de ésta se encuentra en el sur-sureste.

Cuando hablamos de rescatar el campo, se habla de hacer una agricultura más inclusiva, tomando en cuenta que todos los campesinos son importantes, pero tienen necesidades diferentes, no podemos tener una ley, normas o una política pareja cuando hay diferencias.

Cuando el Presidente habla de esto, ve claramente dónde hay pobreza, que mucha de ésta se encuentra en la zona rural, los más pobres están paradójicamente en las regiones más ricas, en el punto que es zona rural en el sur, el sureste del país, pero sin gozar esa riqueza.

La pobreza extrema casualmente la encontramos en las regiones de Chihuahua, Chiapas, Guerrero, Campeche, Yucatán, hay un abandono de nuestros productores, que han estado excluidos de los apoyos, de los avances tecnológicos, de la atención de las políticas.

¿Cuáles son las prioridades que tendrá la nueva visión para el sector agrícola?

—Son tres. Uno, mejorar la productividad en términos generales y particularmente en el tema de granos. Tenemos una agricultura que no se destaca por su eficiencia productiva; no hay un buen manejo ganadero en términos de todo el potencial que hay, y ocurre lo mismo en la pesca.

Con todo lo que tenemos, con toda esta riqueza, sobre todo con los productores que tenemos, deberíamos estar produciendo mucho más, al doble o al triple de lo que estamos haciendo, y tristemente estamos siendo cada vez más dependientes de la importación, particularmente en granos.

Segundo, tener una agricultura más sustentable, mucho más responsable con respecto a los recursos naturales; hemos venido perdiendo el suelo, hay prácticas no muy sustentables en términos de manejo de suelo, las quemas de los residuos agrícolas, la sobremecanización, la falta de incorporación de materia orgánica, el abuso de los agroquímicos, todo eso es una consecuencia para que el recurso suelo lo estemos perdiendo.

El otro punto preocupante es el agua, afortunadamente está en la agenda, un recurso que está siendo cada vez más de la atención pública, y en la agricultura tenemos temas de riego arcaicos, con sistemas que tienen poca eficiencia.

El tercero es la inclusión. Es reconocer los tipos de agricultura y los tipos de productores. Una agricultura muy desarrollada en el norte, en el centro, y una agricultura poco desarrollada o no desarrollada en el sur, y cuando hablamos de reconocer que todos son importantes es porque tienen necesidades diferentes.

Debemos tener una Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural que retome todos esos temas, que recupere su autoridad y dirección, que se dedique a acompañar con asistencia técnica, desarrollos tecnológicos, con una alianza muy fuerte con el sector privado para que podamos revertir esta situación”.

¿Cuándo veremos logros y avances en el sector?

—Se verán desde el primer año de gobierno de Andrés Manuel López Obrador, habrá una atención muy dedicada a los campesinos, a los pequeños y muy pequeños productores, particularmente en el sur.

A finales de este año, anticipo que estaremos viendo una diferencia en cuanto a los ingresos del ciclo agrícola, vamos a incidir directamente con precios de garantía, también una mejora en la atención de leche y, por consecuencia, esperamos disminución de la importación.

También México seguirá siendo líder y seguiremos ampliando la oferta de productos importantes que hoy en día están muy bien cotizados en los mercados internacionales, como el aguacate, las hortalizas, el tomate, etc.

¿Cómo cerraremos este año?

—Yo diría que será una sociedad rural que tienda ser mucho más equilibrada. No se trata de quitarle a los que se han beneficiado más, sino de apoyar a los que menos han tenido.

Finalmente, ¿qué opina acerca del Tren Maya?

—Lo veo muy positivo, esto va a generar riqueza, hay comunidades rurales que hoy en día están en condiciones precarias, pero habrá productividad, será un detonador en la región que demandará comida, productos orgánicos, productos exóticos y elaborados.

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