Para Ceci Patricia Flores Armanta, fundadora del colectivo Madres Buscadoras de Sonora, es más fácil lograr un pacto con líderes del narcotráfico para que las dejen buscar a sus familiares, que conseguir que el gobierno federal las apoye.
“Nosotros hemos solicitado en nuestras redes sociales pactos con los cárteles para que nos dejen buscar a nuestros desaparecidos para que no nos desaparezcan, no nos amenacen o no nos maten. Siempre tenemos pleito con el gobierno, porque no hace su trabajo y no los busca”, dice a EL UNIVERSAL.
Víctima de amenazas, de agresiones y de persecución, la activista de 50 años de edad menciona que a la par de que sufren por la desaparición de sus familiares, enfrentan la ausencia y el desinterés por parte de las autoridades encargadas de la impartición de justicia.
“He sido encañonada por gente de los cárteles; he sido perseguida constantemente, amenazada, desplazada y he sufrido la ausencia de las autoridades en la búsqueda e investigación de mis dos hijos.
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“Nosotros sufrimos la ausencia de nuestros hijos pero también la de las autoridades, que son las que deberían de realizar la búsqueda inmediatamente y, al no hacerlo ellos, tenemos que hacerlo nosotras”, señala.
Cuenta que en el caso de su hijo Alejandro, quien desapareció hace nueve años, su carpeta de investigación sólo integra la poca información que ella logró indagar.
Lo mismo ocurre con la carpeta de investigación de su otro hijo, Marco Antonio, desaparecido hace cinco años.
Es tal la importancia de la labor que realiza Ceci Patricia en el norte del país para localizar a desaparecidos, que, comenta, hasta integrantes de los cárteles del crimen organizado que operan en esa región del territorio nacional se le han acercado para que los ayude a buscar a algún ser querido.
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“Parte de esta gente ha perdido a sus padres, a sus hermanos o a sus hijos y nos han pedido apoyo a nosotras para que les ayudemos a buscarlos”, señala y añade que al menos han sido 20 las ocasiones en que ha investigado las desapariciones de familiares de miembros de algún cártel.
Ceci dice sentirse desencantada de este gobierno federal al que sólo le quedan siete meses, debido a la ineficiencia de la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB), que dirige Teresa Guadalupe Reyes Sahagún, y por el desmantelamiento del Centro de Identificación Humana. Y agreg,a sin temor a equivocarse, que el presidente Andrés Manuel López Obrador dejará una deuda muy grande en el tema de las desapariciones de personas en el territorio nacional.
“López Obrador dejará una deuda enorme. Cuando recién fue designado como candidato a la Presidencia de la República prometió a los familiares de los desaparecidos que Palacio Nacional siempre tendría las puertas abiertas para nosotros; que una de sus prioridades serían los desaparecidos y lamentablemente no fue así. Las puertas de Palacio siempre estuvieron cerradas para nosotras las buscadoras y la Comisión Nacional de Búsqueda ha sido un fraude.
“Están desmantelando algo que es importante para nosotras, como el Centro de Identificación Humana y están despidiendo a personal de la CNB con el que nosotros habíamos logrado forjar una coordinación, para meter gente que no sabe nada sobre desapariciones. La verdad, vamos de mal en peor”, sostiene la activista.
¿Ya hubo un acercamiento entre usted y Reyes Sahagún?
—Sí, ya hubo un acercamiento. Vine a la Ciudad de México y me entrevisté con ella, pero todo quedó en pura plática. Hablamos sobre que no tiene que pasar mucho tiempo para iniciar una búsqueda de un desaparecido. Le dijimos que no cambiara al personal con el que ya había una relación de cooperación, pero desafortunadamente en todo nos falló la comisionada.
La también autora del libro Madre buscadora: crónica de la desaparición, que se presentó este jueves en la Ciudad de México, expone que incluso el gobierno federal debería buscar también un pacto con el crimen |organizado para disminuir las desapariciones en territorio nacional.
“Los que mandan en el país son los cárteles y lo tenemos bien visibilizado con todo lo que hemos vivido y hemos pasado. Entonces, que también hagan un pacto con ellos para que no desaparezcan o que los dejen en algún lugar [a las víctimas] para que nosotros podamos localizarlos”, subraya.