Es común que a principio de año los mexicanos recurran a las casas de empeño para enfrentar la cuesta de enero y ayudar a los Reyes Magos a solventar los gastos para los regalos de los niños.
Sin embargo, este 2022 en pandemia aún y en vísperas del arribo de los Reyes Magos a los hogares de los capitalinos, se ha notado poca afluencia en las casas de empeño del Centro Histórico .
Aunque las sucursales de préstamos prendarios también han recibido la visita de los Reyes Magos, la concurrencia constante ha sido de ciudadanos de a pie que buscan echar mano de sus pertenencias de valor para sortear la crisis económica y desempleo que ha dejado la pandemia de Covid-19.
Tal es el caso de Carlos Soria de 54 años, quien con su esposa e hijo acudió desde Tepepan, en Xochimilco , a empeñar una máquina de granizado valuada en 25 mil pesos y por la cual le prestaron 3 mil pesos, con los que pagará el predial de su casa.
"Unos vienen a empeñar para sacar para los reyes, yo para pagarle al gobierno
", dice Carlos quien agrega que ha tenido que entrar en la informalidad laboral , sacando recursos de donde se pueda.
Para la familia de Carlos la cuesta de enero -que se prevé sea la más dura en 21 años- vaya que les ha costado, pues hace poco su papá falleció y él y su hijo están desempleados además que comenta que “ahorita por año nuevo ya estamos muy gastados”.
Carlos era gestor en una institución de asistencia privada, pero cuenta que a raíz de la pandemia lo despidieron. “Me quedé sin trabajo por eso venimos a empeñar . Si yo tuviera trabajo, no lo hubiera hecho ”, dice.
A las dos de la tarde, en El Monte de Piedad ubicado a un costado de la Catedral Metropolitana había cinco personas, mientras que en las casas de empeño aledañas había, en promedio, entre tres y cuatro personas evaluando donde les convenía empeñar sus alhajas, celulares y demás artículos.
Atrás quedaron las imágenes de años pasados en que las casas de empeño lucían abarrotadas de gente en busca de préstamos prendarios, para hacer frente a la cuesta de enero.
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Incluso la cuesta de enero de este 2022 pinta para ser la más severa en los últimos 21 años según analistas del Banco de México , pues estiman que la inflación se mantenga en 7% el primer bimestre del año.
Es decir que a mayor inflación menor poder adquisitivo tiene la gente para comprar enseres y productos. Por eso los capitalinos recurren al empeño como una opción viable, y casi por tradición en enero o el inicio del ciclo escolar , pues empeñar sus pertenencias les da opción de obtener un préstamo y recuperar sus artículos.
Aunque no para todos la situación es igual de favorecedora; algunos dejan perder sus pertenencias para ir saliendo día a día con el dinero de su préstamo o ir pagando de a poco sus refrendos e intereses para recuperar cosas de valor.
“Ahorita, como está la situación, que nos ha dejado mal la pandemia, voy a empeñar para (mis) gastos personales , más que nada”, cuenta José Alberto Hernández quien acudió al Nacional Monte de Piedad de El Carmen, en el centro, a valuar cuánto le podían prestar por una impresora a la que no le da uso.
José Alberto cuenta que es indigena chiapaneco , lleva 20 años radicando en la Ciudad de México donde es comerciante, y dice que ha notado que a raíz de la pandemia hay más necesidad en la gente, pues desde su puesto -ubicado a unos metros de la casa de empeño- ha visto como las personas llegan a empeñar sus pertenencias.
Explica que lleva años empeñando objetos como bicicletas y alhajas , más que por un apuro o gran necesidad, para comprar cosas que le sirvan para el día a día y cuenta que hay artículos o prendas que ha dejado perder, pero otras como su bicicleta que ha sacado del empeño “porque los necesito”.
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“Ahorita sí, creo que recurrimos mucho ahorita a la necesidad de empeñar” dice y asegura que la crisis económica ha pegado duro y “ya algunos pesitos que me den son buenos, son muy buenos unos centavitos”, dice sobre la impresora que, asegura, no piensa recuperar.
Dice que en la zona ha visto llegar a bastante gente a comprar juguetes y regalos de Reyes Magos para los niños y “poco a poco se ha ido levantando la venta, pues hace dos años estuvo bien flojo por la pandemia”.
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