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Londres.— El rey Carlos III fue coronado ayer en la Abadía de Westminster, en una ceremonia llena de herencia, tradición y espectáculo. Para las multitudes, miles quienes habían acampado durante la noche, fue una oportunidad de ser parte de un evento histórico y sólo cientos gritaron: “¡No es mi rey!”. (1)
A las 3:20 de la mañana, tiempo de la Ciudad de México, el monarca y la reina Camila salieron rumbo a la abadía. (2)
En ese espacio fue la ceremonia para coronar al rey. (3)
Al monarca se le colocó la Corona de San Eduardo de oro macizo y enjoyada sobre su cabeza mientras se sentaba sobre la silla de 700 años. (4)
La reina consorte Camila también fue coronada. (5)
El príncipe William se arrodilló ante su padre y juró lealtad al rey, antes de besarlo en mejilla. (6)
En un acto con demostraciones de poder real sacadas de la Edad Media, la legisladora británica Penny Mordaunt portó la Espada de Estado. Antes del momento culminante, Carlos III fue ungido con aceite consagrado por el arzobispo de Canterbury. (7)
El rey recibió orbe del soberano, que simboliza mundo; el cetro con cruz, que representa mundo cristiano; y el cetro de la paloma, símbolo del papel espiritual, y guante blanco, símbolo de poder. (8)
El príncipe, su esposa, Kate, y sus tres hijos asistieron, con el príncipe Luis robando atención. (9)
El hermano menor de William, el príncipe Harry, llegó solo y así se fue. (10)
Grandes multitudes vitorearon mientras Carlos y la reina viajaron en el Carruaje Estatal Dorado desde la abadía hasta el Palacio de Buckingham, acompañados por una procesión de 4 mil soldados y bandas militares. Desde el balcón del palacio, el rey y la reina, y otros integrantes de la realeza, saludaron a mar de personas que vitorearon y gritaron: “¡Dios salve al rey!”. (11)