La consejera del Instituto Nacional Electoral (INE) Carla Humphrey Jordan sabe lo que es sufrir la violencia de género. Ha enfrentado e incluso enfrenta esa violencia política de género en el área laboral.
Pero todo ello es lo que le da la fortaleza para seguir en la lucha por lograr que a la mujer, más allá de reconocerla, se le abran espacios en la política y fuera de ésta.
Hace casi dos años que llegó al Consejo General del INE, en medio de la pandemia por Covid-19. Se ha logrado sentar en la silla que le toca, en la conocida como la herradura de la democracia, muy pocas veces.
Leer también: Xiye Bastida. “Que los gobiernos se tomen en serio nuestro futuro”: activista
Pero desde su llegada al INE dio de qué hablar, toda vez que al lado de otras consejeras logró sacar adelante el 3de3 contra la violencia, dirigida principalmente para las mujeres. Además, se logró la equidad en las candidaturas y en 2021 los partidos tuvieron que postular mitad hombres y mitad mujeres a cualquier cargo de elección popular.
Hoy, esa decisión lanzada desde el INE y avalada por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) llevó a que haya en el país más de cinco mujeres gobernadoras.
Humphrey Jordan llegó al ámbito electoral desde que estudiaba Derecho en el ITAM.
Al INE ingresó en 1997, cuando la institución era relativamente nueva.
“Había que construir realmente todo y en ese momento me tocó, con el entonces presidente de la Comisión de Fiscalización, construir todo ese sistema”, relata.
Carla Humphrey es amante del derecho fiscal y se ha especializado en el tema de la fiscalización dentro del ámbito electoral. Fue incluso directora general de Asuntos Normativos de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF).
Cuando fue consejera del entonces Instituto Electoral del Distrito Federal, tuvo que luchar por encabezar la Comisión de Fiscalización, para la cual tuvo que impugnar. Fue ahí en donde comenzó a notar el tema de la violencia y el machismo, el Estado patriarcal.
“Recuerdo que llegué unos 10 minutos tarde a una reunión, nunca suelo llegar tarde, pero en esa ocasión un compañero, que hoy está aquí [en el INE], me dijo: ‘Carla, traen la encomienda de que tú no estés en Fiscalización, que tú no la presidas’. Me dijo: ‘Yo me bajo para que tú estés’”, es algo que ella misma relata.
La vida en su casa fue libre de machismo, con la consigna de que así como hay derechos, también hay obligaciones. Con padres preparados académicamente y que también estuvieron en el servicio público, ella asegura que desde pequeña fue una mujer empoderada, en donde no había el tema del color rosa o azul; muñecas para la niña y carros para el niño; simplemente respeto.
Sus hermanos y ella tenían los mismos derechos y obligaciones, porque les enseñaron que el valor está en la persona y no en el género. Sin embargo, ya en su vida adulta conoció la violencia de género.
Como consejera electoral, se ha quedado sola para sacar adelante los temas de cuotas de género y ha tenido que llevar la batalla hasta la Sala Superior del Tribunal Electoral.
“Mi argumento era que no podían registrar si no cumplían con la cuota de género y mis compañeros optaron, dada mi insistencia, en abrir un proceso oficioso para sancionar económicamente a los partidos que no cumplieran, con lo que no estuve de acuerdo y a la postre la Sala Superior dijo que mis compañeros habían sido parte y cómplices de que los partidos no cumplieran con sus obligaciones y, en este caso, en materia de cuota de género, y que la única sanción posible era el no registro de las listas”, celebra cada que tiene esa oportunidad.
Pero la violencia también Carla la vivió en su hogar, con su hoy expareja.
Previamente al cargo que ocupa hoy en el Consejo General del INE, lo intentó en tres ocasiones, pero su expareja hizo cuanto pudo para evitarlo; luego buscó regresar al Instituto Electoral de la Ciudad de México (IECM) y también la bloqueó, y la última fue cuando buscó llegar a la Sala Superior del Tribunal Electoral.
“El lado que siempre pasa. De frente siempre diciendo: ‘Eres maravillosa, la mejor, la más capaz’, pero abajo siempre van bloqueando”, ha recordado.
Pero armar las reformas de paridad le ha llevado buscar hombres aliados con la causa para poder sacar adelante el tema. La paridad, afirma, tiene solamente el color morado y es impulsada desde distintas posiciones.
Pero llegar a lo que se tiene hoy, dice Humphrey, tardó 40 iniciativas y unos seis años.
Leer también: "Nadie va a pagar por venir a caminar al cerro"; ahora es de los lugares favoritos en Malinalco
Es licenciada en Derecho y estudió un doctorado en gobierno y administración pública en el Instituto Universitario Ortega y Gasset, de la Universidad Complutense de Madrid, y ha levantado la voz para decir que esa violencia política en razón de género se vive en el interior del Consejo General del INE.
Hay comentarios machistas y patriarcales, asienta.
“Esto del Club de Toby me molesta muchísimo, esto de estar negociando el voto por abajo y luego cobrándolo. Entiendo que hay que lograr consensos, pero hay que lograrlos cuando la gente está convencida de proyectos, de decisiones, no porque le debes a alguien”.
Los comentarios son diversos, se señala a las mujeres —incluso— porque estudiaron Derecho y no Economía, por ejemplo. Es lo que la consejera electoral enfrenta, pero ella misma exhibe que no se queda callada y si bien por prudencia no responde de manera inmediata, sí lo hace en el momento preciso. Está convencida de que una mujer debe ya presidir el Consejo General del INE, pues es momento, y más cuando desde el organismo que defiende la democracia también se lucha por la paridad.
Y su lucha, hoy en día, está también en impulsar el uso de la tecnología en los procesos electorales. Ha pedido ya que se utilicen urnas electrónicas, pero se enfrenta a la negativa y a los discursos de que es necesario hacer pruebas piloto, cuando esos ejercicios se han llevado a cabo en al menos tres ocasiones.
Entre 2006 y 2013, cuando fue consejera electoral en el hoy OPLE de la Ciudad de México, fue de las pioneras en la implementación del voto electrónico desde el extranjero, en aquel momento, para la jefatura de Gobierno de la capital del país.
Sabe lo que es utilizar la vía postal y la electrónica para el voto.
De hecho, en esa reciente polémica que vivió y vive el INE, sobre el presupuesto para el ejercicio de revocación de mandato, aunque reprochó que el organismo administrativo electoral hubiese tenido un fuerte recorte presupuestal, menciona que también se podrían buscar mecanismos de ahorro para rebajar costos.
Propuso, entonces, utilizar las urnas electrónicas. No obstante, el rechazo trascendió, incluso, hasta la crítica.
Ella considera que hay momentos en que no se quiere avanzar, que hay quienes viven en una zona de confort y no se ve que la sociedad ha cambiado.
Para la consejera electoral hoy es un riesgo ir a una reforma electoral.
Si bien las leyes son perfectibles, refiere cada que tiene oportunidad, una reforma electoral de gran calado es compleja actualmente.
Su pensar es que una reforma electoral debe llevarse a cabo en el marco de procesos electorales intermedios, no cuando se avecina una elección presidencial.
Lo que sí es que siempre pide voltear a ver qué falta en la ley y afrontar las lagunas desde las facultades reglamentarias.
“Una reforma electoral ahora podría traer problemas porque se tiene una elección presidencial en 2024”, resalta.
Humphrey Jordan es una consejera electoral que tiene en mente seguir trabajando para el empoderamiento de la mujer, por avanzar en la tecnología electoral y, sobre todo, para que los partidos políticos entiendan la importancia de la fiscalización.
Se siente plena, pues una de sus metas fue llegar al INE como consejera. Ahí se siente en casa, su vida laboral inició ahí.
Considera que el servicio público, y ahora el tema electoral, lo tiene en la sangre.
No es raro que sea integrante de la Asociación Mexicana de Consejeros Estatales y Electorales, A.C., y también forma parte de la Asociación Nacional de Consejeros y Consejeras de los Organismos Electorales de la República Mexicana.
En sus ratos libres, Humphrey Jordan mantiene el hábito de la lectura, acude al cine y viaja dentro y fuera del país.