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En México hay 220 mil 866 personas privadas de la libertad por delitos del fuero común y federal. Del total, 12 mil 394 son mujeres, lo que representa menos de 6% a nivel nacional. De ellas, 6 mil 857 se encuentran distribuidas en centros penitenciarios mixtos, según datos de Reinserta. En el país sólo existen 20 centros femeniles que albergan a 5 mil 545 mujeres, confirma la misma organización.
Los centros penitenciarios mixtos, a diferencia de los penales femeniles, no cuentan con espacios adecuados para una plena reinserción social, ya que no toman en cuenta las necesidades de esta población y en ocasiones vulneran sus derechos, pues son propensas a sufrir violencia de género.
Por consiguiente, la Secretaría de Seguridad y la Subsecretaría de Control Penitenciario buscan el cierre total de los centros penitenciarios mixtos, como una estrategia para disminuir la sobrepoblación y mejorar las condiciones de las mujeres reclusas.
El Estado de México ha logrado el cierre de nueve módulos femeniles en penales mixtos, de los 16 que operaban en septiembre de 2017 con una población de 2 mil 136.
Tras el cierre de los centros mixtos en Zumpango, Jilotepec e Ixtlahuaca, trasladaron a su población al Centro Penitenciario Neza Sur, con el apoyo de la Policía Estatal y autoridades de seguridad pública y derechos humanos, además de organizaciones de la sociedad civil como Reinserta, para observar el proceso.
“Nos dijeron que nos levantáramos y que nos vistiéramos porque nos iban a trasladar, que teníamos 15 minutos para recoger nuestras cosas”, cuenta María Fernanda.
Tras varios años en los centros penitenciarios mixtos, algunas prefirieron llevar artículos personales, ya que sólo podían trasladar lo que alcanzaran a poner en una bolsa y lo que dejaran sería entregado a sus familias o desechado.
María Fernanda fue arrestada por robo con violencia y esperaba sentencia en el Centro Penitenciario Mixto de Ixtlahuaca, pero la madrugada del 6 de octubre fue trasladada al Centro Penitenciario Neza Sur. Pese a que las autoridades a su cargo mencionan los beneficios del cambio, Marifer, como le gusta que le digan, teme que su familia no pueda costear los gastos que implican las visitas.
“Mi mamá me iba a ver cada semana, pero no tiene posibilidad de viajar. Ella trabaja haciendo el aseo; es madre soltera al igual que yo. Sólo están ella y mi hermana, que trabaja en una fábrica y que cuidan a mi hija de cuatro años. Yo creo que no podrán venir a verme porque no tenemos dinero. Ellas no van a poder viajar acá”, dice entre lágrimas.
En total fueron trasladadas 135 mujeres; 31, de Ixtlahuaca, 27 de Zumpango y 18 de Jilotepec. Además de 59 de Texcoco, que no logró el cierre, pero sí con el fin de disminuir la sobrepoblación mixta, que alcanza mil 235 personas, cuando su capacidad es de 623 espacios.
El Centro de Reinserción Social de Texcoco no es el único que opera más allá de su capacidad establecida. Datos de la organización Reinserta y del Órgano Administrativo Desconcentrado Prevención y Readaptación Social refieren que la sobrepoblación en la entidad representa 137.79%. Esto quiere decir que hay un excedente de 19 mil 312 personas recluidas respecto a la capacidad penitenciaria.