En México, el presupuesto destinado al mejoramiento de escuelas públicas a través del Instituto Nacional de Infraestructura Educativa (Inifed) se va en pagar sueldos y prestaciones, y gastos operativos como viáticos, transporte y papelería, pero casi nada para rehabilitar planteles.
Según organizaciones de la sociedad civil y expertos en temas educativos, más de 70% del presupuesto anual que recibe el Inifed se destina a servicios personales y poco menos de 30% para gastos de operación; prácticamente nada se canaliza a la infraestructura educativa.
En los últimos cuatro años, el instituto ha recibido recursos por 737 millones 595 mil 774 pesos, pese a que al inicio del sexenio se habló de su desaparición.
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“No le están destinando nada a la rehabilitación de los planteles. Todo ese gasto no está sirviendo para nada, porque no hay gasto para infraestructura. El gasto para infraestructura lo mandaron al programa La Escuela es Nuestra. No sabemos realmente qué está haciendo el Inifed porque ya no tiene la responsabilidad de verificar la infraestructura educativa”, dice el director de Investigación del organismo civil Mexicanos Primero, Fernando Ruiz.
En 2023, el Inifed está ejerciendo un presupuesto de 189 millones 728 mil 459 pesos, de los cuales 136 millones 302 mil 483 pesos son para sueldos y prestaciones para los trabajadores, mientras que 53 millones 425 mil 996 pesos para gastos operativos, como viáticos, transporte y papelería, entre otros, pero no hay un monto destinado a rehabilitar planteles.
En 2020, el Inifed recibió un presupuesto de 193 millones 295 mil 481 pesos; en 2021, 174 millones 162 mil 847 pesos, y en 2022, 180 millones 408 mil 887 pesos.
Creado durante el sexenio de Felipe Calderón, el objetivo de esta institución desconcentrada de la Secretaría de Educación Pública (SEP) y que cuenta con una plantilla de 313 trabajadores es fungir como un organismo con capacidad normativa, de consultoría y certificación de la calidad de la infraestructura física educativa del país, de construcción y como una instancia asesora en materia de prevención y atención de daños ocasionados por desastres naturales, tecnológicos o humanos en el sector educativo.
El 19 de junio de 2019 en su habitual conferencia de prensa matutina en Palacio Nacional, el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció la desaparición del Inifed y señaló que el presupuesto para remodelación de escuelas sería operado directamente por padres de familia.
“Viene la decisión de todo lo que tiene que ver con aulas. Se va a entregar directo a asociaciones de padres de familia de las escuelas, va a ser por escuela, con un manual. Va a haber un informe y lo van a seguir las autoridades correspondientes, ya sea la Función Pública, pero estoy seguro de que no va a haber desvíos y que no habrá corrupción. La idea es todo directo a los padres de familia, que ellos decidan cómo se comprueba todo, un esquema sencillo y un acta al final del ciclo escolar donde se demuestre cómo ejercieron el dinero”, dijo entonces.
A juicio de especialistas, desde que inició el actual gobierno los recursos que percibe esa institución no son transparentes, por lo que se desconoce bien a bien a dónde va a parar ese dinero.
Fernando Ruiz explica a EL UNIVERSAL que la Coordinación Nacional del Programa La Escuela es Nuestra (LEEN) no tiene gastos en servicios personales, pues “todo el dinero que está en ese programa está asignado a subsidios. ¿Qué significa esto? Que no están cobrando en esta área, sino en el Inifed”.
Expone que “estamos en una situación doblemente irregular, porque la coordinación que tiene las atribuciones del Inifed no las está cumpliendo, sino que se las deja al propio instituto, cuando ya por ley las deberían estar realizando quienes manejan LEEN”.
Ruiz considera que este gobierno “no puede prescindir de la experiencia y de las capacidades técnicas del personal del Inifed. Entonces, lo que están haciendo es prolongar la situación”.
Agrega que “desaparecimos el instituto, pero sus funciones son necesarias. Y entonces dejamos al Inifed en una situación de desaparición, pero sigue trabajando. Estos recursos que se le están asignando nos revelan que el instituto sigue siendo necesario.
“Pero ese dinero lo tienen que transparentar, porque no sabemos en qué se está gastando. Además, si no se plantea con claridad una alternativa a la calidad y rehabilitación de la infraestructura educativa estaremos violando el derecho de niños y adolescentes”.
Para Erik Avilés, académico del Instituto Michoacano de Ciencias de la Educación José María Morelos, el presupuesto que se destina al Inifed es pírrico con respecto a las inmensas necesidades que existen en materia de infraestructura física educativa: diseño de proyectos ejecutivos, construcción y ampliación de infraestructura física, así como mantenimiento preventivo y correctivo.
“El gobierno federal debe proveer dignamente de recursos a una dependencia que tiene responsabilidades tan altas. Incluso con el enfoque de certificación, consultoría y verificación de la calidad se ve imposible que los recursos destinados alcancen para revisar más de 250 mil escuelas que existen en el país”, expone.
Argumenta que el presupuesto destinado a este instituto, además de ser exiguo, está destinado al pago de salarios y gasto operativo, con lo cual la realización de infraestructura recae en los gobiernos estatales, así como en fondos y programas que se destinen para tales efectos, sin estar garantizada la plena articulación interinstitucional para que se asegure la calidad de la infraestructura educativa.
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