A pesar de dos suspensiones judiciales vigentes, de diversas protestas y decenas de exigencias de diálogo, aislados en una sala de usos múltiples resguardada por granaderos, las bancadas de Morena, PT y PVEM se atrincheraron, improvisaron el pleno y aprobaron la reforma judicial del presidente Andrés Manuel López Obrador.
El proyecto quedó avalado en lo general con votos a favor por parte de Morena, PT y PVEM, mientras que en contra se pronunciaron el PRI, PAN y MC, que decidieron no hacer el vacío como habían adelantado, a fin de hacerse escuchar.
En el debate, los guindas aseguraron que no engañaron a nadie, pues desde la campaña, previo a la elección del 2 de junio, prometieron a la ciudadanía que si le daba mayoría avalarían las reformas constitucionales del Mandatario.
En contraste, la oposición denunció una reforma malhecha, producto de la venganza contra un poder que no sucumbió al Ejecutivo.
La sesión se inició a las 16:10 horas, pero se decretó un receso luego de que el panista Elías Lixa solicitó más tiempo porque los diputados de oposición tenían dificultades para ingresar, pues todos los accesos del deportivo Magdalena Mixhuca estaban cerrados para evitar la entrada de manifestantes.
A las 16:40 horas se reanudó la sesión con la presencia de 372 diputados; sin embargo, legisladores de oposición denunciaron que el acto era ilegal, a pesar de que —previamente— el cambio de sede se avaló en la Junta de Coordinación Política (Jucopo) y en la Mesa Directiva por voto ponderado de la mayoría.
“Esta asamblea es ilegal, no sabemos siquiera si todos los que están aquí son parte del Poder Legislativo. Estamos en contra de este atraco a la nación”, recriminó el diputado naranja Gildardo Pérez Gabino.
Rubén Moreira, coordinador del PRI, explicó que todos los partidos votaron en contra del cambio de sede y de que se juntaran las dos sesiones que ya estaban programadas en una sola, y exigió: “Hay dos resoluciones que consideramos que se deben acatar. Estamos aquí de manera precautoria porque esta reforma está en suspensión”.
Tras las inconformidades, Morena y aliados votaron a mano alzada dar continuidad a la sesión, al tiempo que rechazaron dos peticiones de moción suspensiva del PAN y MC.
Germán Martínez Cázares (PAN) pidió a la mayoría parlamentaria recular de último momento y argumentó que “no se vale una condena a todos”.
“No es cierto que todos los jueces son corruptos, ¿dónde están las denuncias? Los jueces no han soltado criminales, aquí el único que ha soltado a un criminal confeso que ahora es testigo en Estados Unidos, Ovidio Guzmán, se llama Andrés Manuel López Obrador”, aseveró.
Juan Zavala, de Movimiento Ciudadano, puntualizó que el dictamen “es una reforma superficial y caprichosa que surge de la venganza”.
Ataviados con playeras con la leyenda “soy resistencia” y mantas con el lema “Sin justicia no hay futuro”, la bancada de Acción Nacional pasó a respaldar a la diputada Paulina Rubio y al diputado Saúl Téllez.
La legisladora albiazul acusó que la reforma judicial es el pago a los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial, producto de un soborno a cambio de la sobrerrepresentación que les otorgaron.
Al grito de “¡resistencia!, ¡resistencia!”, Saúl Téllez Hernández advirtió que quienes impongan los perfiles que serán electos por voto popular será “un Poder Judicial que pertenece a la red de corrupción de Arturo Zaldívar”.
El coordinador de Morena en San Lázaro, Ricardo Monreal Ávila, tomó la palabra para recordar que el pasado 5 de febrero el Presidente presentó un paquete de reformas y, entre otras cosas, denunció: “porque le fueron rechazadas al Congreso reformas fundamentales como la energética, la eléctrica, la de Bienestar, la de austeridad, la de la guardia nacional y otras en beneficio de la población”.
Por lo anterior, puntualizó, los morenistas y aliados salieron a las calles: “Y le dijimos a la gente que, si votaban por nosotros, aprobaríamos las reformas del presidente Andrés Manuel López Obrador (...) A nadie engañamos, por eso el movimiento se siente muy orgulloso de tener a un excelente Presidente, el mejor de los últimos años en este país”.
“¡Presiiiidente!, ¡Presiiiidente!”, interrumpió la ola de legisladores del oficialismo.
Monreal Ávila aseguró que el pensamiento judicial se encaminaba a instituir el gobierno de los jueces: “La dictadura de la toga y el birrete, pero nosotros no lo vamos a permitir”, dijo.
Agregó, además, que la mejor forma de blindar la intromisión del crimen organizado al Poder Judicial “será con esta reforma”.
“¡No queremos sino sacudir al Poder Judicial de la influencia del crimen organizado y los delincuentes de cuello blanco!”, gritó al tiempo que sus compañeros de bancada corearon “¡es un honooor estar con Obrador!”.
Tras más de ocho horas de debate, la reforma quedó avalada en lo general y comenzó su discusión en lo particular, con la previsión de que quedará aprobada la madrugada de hoy para después ser turnada al Senado, que se prevé la apruebe en comisiones el domingo.