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Washington, EU.— México encara el mes en el que presidirá el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas con el compromiso de impulsar una labor transparente y con rendición de cuentas, en un espacio en el que mostrará su interés por fortalecer la diplomacia preventiva, poner el bienestar de las personas en el centro y por el estudio y consideración del impacto de las armas pequeñas y ligeras en la paz y seguridad internacionales.
El periodo 2021-2022 es la quinta vez que México es miembro electo no permanente del Consejo de Seguridad.
Asumir la presidencia, para el embajador mexicano ante el organismo, Juan Ramón de la Fuente, es “una encomienda que asumimos con orgullo, pero sobre todo con plena responsabilidad y sabiendo lo que implica.
“Queremos que sea la nuestra una presidencia abierta, transparente, imparcial, flexible y efectiva”, describió el embajador, recordando que las prioridades de México están alineadas y sustentadas no sólo en los principios constitucionales de la política exterior, también en los preceptos recogidos en la Carta de las Naciones Unidas, que “serán las guías que normen nuestro trabajo durante nuestra presidencia”.
De la Fuente también resaltó el interés de México por “favorecer y fortalecer la diplomacia preventiva, poner el bienestar de las personas en el centro, protección de civiles, promoción de un enfoque integral que considere el impacto de las armas pequeñas y ligeras en la paz y la seguridad internacionales, la defensa del Estado de derecho, que todas las decisiones del consejo se apeguen al derecho internacional (…) y nos proponemos avanzar en la agenda de mujeres”.
Por el momento, México ha programado tres eventos insignia en lo que será su presidencia del Consejo de Seguridad. El primero y de más rango será el del 9 de noviembre, que contará con la presencia del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Bajo el título Debate abierto sobre exclusión, desigualdad y conflictos, nuestro país pretende que “se analicen algunas de las causas que subyacen a la inseguridad”.
“Consideramos oportuno que el consejo analice el impacto de la corrupción, la exclusión y la desigualdad en los conflictos.
“Esperamos adoptar una declaración presidencial como resultado del debate”, adelantó De la Fuente. López Obrador estará en Nueva York menos de 24 horas. Además de su participación en el Consejo, se reunirá con el secretario General de la ONU, António Guterres.
“Su presencia refleja la importancia que tienen estos temas de carácter social como parte de la agenda para prevenir y tener una visión integral de lo que puede convertirse en un factor disruptivo para la paz y seguridad internacionales”, dijo De la Fuente.
Un segundo evento, programado para el 16 de noviembre, tendrá como estandarte el debate abierto sobre la paz y la seguridad internacionales, como objetivo común de los órganos de la ONU. Tiene un propósito muy concreto: reforzar los vínculos de los organismos de las Naciones Unidas con el Consejo de Seguridad.
En este segundo evento, el representante mexicano expresó que se espera que aparezcan temas paralelos, como los refugiados y la migración.
“Nos resultaría sorprendente que no se tocara cuando ese evento está planteando la necesidad de que el Consejo de Seguridad tenga mayor interacción con otros órganos de las Naciones Unidas”, apuntó.
Otro punto que también podría tener cabida es la crisis climática, que no tiene espacio concreto en la agenda de este mes, por la celebración de la COP26, en Glasgow, Escocia.
En ese sentido, De la Fuente recordó que la situación pandémica que todavía se vive, si algo ha demostrado, es que “trabajando en silos, el esfuerzo multilateral global se ve sumamente diezmado, mermado, y su efectividad, muy disminuida”, por lo tanto es más necesaria que nunca la interacción e interconexión entre órganos de Naciones Unidas.
El tercer y último acto en la agenda, el 22 de noviembre, estará encabezado por el canciller Marcelo Ebrard, y tratará sobre “el impacto del desvío y tráfico de armas para la paz y la inseguridad”, otro tema de alta prioridad para México.
Estos eventos, que para De la Fuente guardan una narrativa coherente, abarcan temas “de especial importancia para México”.
La agenda acordada no incluye, de momento, asuntos de extrema actualidad y urgencia, como las situaciones en Sudán, Myanmar o Etiopía.
No significa que no vayan a estar en el debate, al contrario, De la Fuente dio por casi una certeza que van a aparecer sobre la mesa en algún momento.
Apuntó que es más favorable que muchos de los temas más reiterados de la actualidad internacional sean debatidos en consultas privadas y no en debates abiertos, para evitar repeticiones de posicionamientos públicos ya conocidos y de esa forma tratar de avanzar en resoluciones.
Reiteró su preocupación por el deterioro de la situación humanitaria en varios países y regiones mundiales, un asunto serio que incluye desde la escasez de agua hasta la insuficiente solidaridad en la repartición de vacunas contra el Covid-19.
“Haremos lo que esté en nuestras manos para tratar de que la ayuda humanitaria, que se ha convertido en una demanda de una dimensión quizá como nunca habíamos tenido, pueda ser accesible en todos esos lugares donde se requiere”, expresó el embajador mexicano.