El semáforo amarillo en el que se encuentran 13 entidades, entre ellas la , llevó oxígeno a Palacio Nacional , no solo por la situación general de la pandemia, sino porque acerca aún más la posibilidad de realizar las reuniones masivas que gustan tanto al presidente Andrés Manuel López Obrador .

Desde hace semanas comenzó a debatirse la idea de si las del 15 de septiembre y el desfile cívico militar del 16, debían realizarse con un público restringido por el aumento de contagios de Covid-19 en la denominada tercera ola o de plano cerrar la celebración al público c .

Hasta el momento la decisión no está tomada, nos dicen, pues no se evalúan los efectos en la pandemia que podría tener una concentración prolongada, aun tratándose de un espacio abierto. Además, desde luego, quieren tomar en consideración los costos políticos y mediáticos que implicarían una celebración con público cuyo aforo pudiera llegar a salirse de control como ocurrió con la famosa .

A partir de la experiencia internacional sabemos que la vacunación de la mayoría de la población no frena totalmente los contagios. E incluso mueren personas vacunadas cuando la transmisión continúa.

Sin embargo, también pueden considerar en Palacio Nacional que en México la gente no culpa al presidente por la alta letalidad del virus, como lo muestran las encuestas.

Todos estos factores están sobre la mesa.

grg