La segunda reunión del presidente Andrés Manuel López Obrador con diputados federales de Morena, PT y PVEM no fue un acto de reproches o autocríticas por no haber aprobado la reforma constitucional en materia eléctrica.

Por el contrario, el cónclave estuvo marcado por el entusiasmo, las porras y por que el Presidente abrió la puerta de la carrera presidencial a su paisano, el secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, al “medir entre sus legisladores” su popularidad y desempeño.

En el Salón Tesorería de Palacio Nacional, y tal como si estuviera en una asamblea informativa o un acto de campaña, López Obrador puso a consideración de sus correligionarios el desempeño del encargado de la política interna del país.

“¿Verdad que tenemos un buen secretario de Gobernación?”, lanzó el Mandatario al grupo de 244 legisladores de la alianza Juntos Haremos Historia, quienes a coro gritaron la respuesta ganadora:

“¡Sí!”, retumbó en el Salón Tesorería la efusiva respuesta, a lo que siguió la arenga de “¡Presidente, presidente, presidente!”.

Sonriente, el presidente López Obrador dijo que el encargado de la política interna le ayuda mucho en su gobierno, porque está a cargo de llevar a cabo la conciliación, los acuerdos con legisladores, con gobernadores, con la FGR y con el Poder Judicial, entre otras funciones.

“Me ayuda mucho, me aligera la carga, el secretario de Gobernación”, destacó el Presidente.

Al ver este espaldarazo presidencial, los coordinadores parlamentarios de Morena, Ignacio Mier; del PVEM, Carlos Alberto Puente, y el dirigente nacional del PT, Alberto Anaya, se pusieron de pie y aplaudieron al político tabasqueño.

Ante el clamor de morenistas, petistas y “ecologistas”, el secretario de Gobernación permaneció unos segundos sentado y luego se puso de pie para agradecer el gesto de apoyo de sus correligionarios.

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