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Ninguna región del Estado de México o la capital está en la lista de los Municipios de la Esperanza; es decir, la pandemia por el coronavirus continúa y las mujeres que son víctimas de violencia doméstica podrían seguir confinadas con sus agresores.
Mientras tanto, y ante lo que ellas califican como poca acción de las autoridades, grupos en Texcoco, Ciudad de México y desde la Red Nacional de Refugios (RNR) continúan rescatando con los recursos que sean a mujeres del confinamiento violento.
Para sostener estos cuidados, algunas colectivas obtienen recursos de la venta de pañuelos verdes, el símbolo de la lucha por el aborto legal en Latinoamérica; las sicólogas trabajan extra dando terapias gratuitas y otras realizan alianzas con empresas de taxis para trasladar a víctimas hacia albergues. Algunos grupos de vecinas se organizan en videollamadas para hablar sobre su salud mental y sus emociones.
En Texcoco, las hermanas Keith y Flerybeth Flores, de 22 y 34 años, respectivamente, junto con Marina Daowz, de 22, formaron la colectiva Asteria, para marchar el 8 de marzo. Ése fue el último día que la red, conformada por 62 texcocanas, se reunió en persona. Colocaron cruces de madera en protesta por los feminicidios de esa región del Estado de México, pues, aseguran, no se visibilizan como en otras zonas.
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Desde entonces, han volcado su militancia a organizar una red que, a la fecha, ha atendido casos de abuso sexual, violencia doméstica y ciberacoso a niñas. A la par, realizan un club de lecturas feministas y sobre sus confinamientos.
Las integrantes de Asteria señalan la falta de refugios para víctimas de violencia doméstica como una de las principales carencias del sistema de justicia para la atención a mujeres.
“Te dicen que si usted no viene sangrando, con el ojo de fuera o sólo con golpes, que en 15 días se van a aliviar, para qué denuncia; desde ahí ponen un tope. Además, en Texcoco no tenemos albergues para estas mujeres que logran salir de sus casas y brincar a la familia que las quiere detener.
“Resulta que no hay a dónde ir, no hay una amiga que les tienda la mano, un refugio seguro para ir con sus hijos”, comenta la sicológa Mayra Buendía, de 42 años, integrante de Asteria y quien ofrece terapia a las texcocanas que la necesiten.
El Estado de México es la entidad con más feminicidios en lo que va del año, con 34, de enero a marzo, así como 73 homicidios dolosos contra mujeres, solo después de Guanajuato, con 121, según el último reporte del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
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Además, es la región que más lesiones dolosas contra mujeres reporta en el año, con 3 mil 630, y la que más registró llamadas de emergencia relacionadas con incidentes de violencia contra la mujer, con 11 mil 588 durante el periodo de enero a marzo.
Pese a ser un entidad con doble alerta de género por los altos índices de violencia feminicida, el Estado de México cuenta con apenas seis refugios para mujeres, pero ninguno está en Texcoco. Las vías con las que cuenta el municipio son una línea telefónica, un módulo de atención dentro del edificio de Gobernación, que funciona sólo de 9:00 a 15:00 horas, y una campaña cuyo lema es: “Mantén la calma. Respira. Tu familia te ama”.
EL UNIVERSAL pidió una postura al Consejo Estatal de la Mujer del Estado de México respecto al actuar de los refugios, pero hasta el cierre de la edición no se obtuvo respuesta.
Rescatar en medio de la pandemia
Mientras otros grupos de defensa de los derechos humanos pausaron actividades, la Red Nacional de Refugios (RNR) se encuentra trabajando más de lo acostumbrado en la Ciudad de México, Puebla y el Estado de México. De rescatar a una mujer al mes, en promedio durante las últimos cuatro semanas han llegado a liberar a 19 mujeres de la violencia doméstica.
“Es muy alarmante, porque son mujeres que nos siguen en redes sociales y nos contactan, nos dicen: ‘Me acaba de golpear, está dormido, se metió a bañar y necesito salir’, es cuando hacemos la intervención y hacemos el mapeo y el plan”, explica Wendy Figueroa, directora de la RNR.
Sin embargo, la red no ha recibido recursos extraordinarios para poder realizar estos rescates bajo medidas de higiene y evitar contagios por coronavirus en las víctimas que recién salvan o en las que ya están en los 69 refugios que administran.
“Imaginen, si yo le voy a preguntar a la mujer si tiene Covid o fiebre, obviamente eso lo omitimos.
“Lo primero es la vida de la mujer y, si tiene hijos, la de ellos. Le solicitamos al Presidente saber qué pasa con el decreto de austeridad”, añadie.
Finalmente, tras las declaraciones del Ejecutivo, del pasado 15 de mayo y sobre la falsedad de algunas llamadas telefónicas de violencia doméstica en la pandemia, la RNR respondió que tan sólo en abril se incrementó 77% el número de mujeres, niños y niñas atendidos en refugios y en los Centros de Atención Externa, en comparación con el mismo mes de 2019.
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Además, ante el anuncio de la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia Contra las Mujeres (Conavim) de un acuerdo con la empresa Airbnb para facilitar 200 habitaciones como refugios para víctimas de violencia doméstica, Figueroa comenta que la RNR no fue considerada para este programa.
“Para subsanar estos recursos extraordinarios y tener estos espacios de protección previos, estamos haciendo todas estas acciones.
“Nos enteramos de esta alianza, pero no solamente no fuimos consideradas, sino que no nos han informado para tener acceso”, señala.
La RNR, por su parte, anunció una alianza con Uber para el traslado de víctimas a refugios. Figueroa asegura que solamente realizarán estos viajes aquellos choferes que tengan cuatro años en la plataforma y que cuenten con óptimas calificaciones. Detalla que tienen un protocolo de códigos que garantiza la seguridad de la víctima, incluso si no cuenta con un celular.
Cartografía de la resistencia
Desde varios puntos de la capital, el grupo Cartografía de las Resistencias organiza reuniones virtuales con otras mujeres para conversar sobre cómo están resistiendo a la pandemia. Se encuentran sin periodicidad fija a través de transmisiones en vivo en redes sociales.
Plantean algunos de estos cuestionamientos: “¿Cómo te sientes cuando te dice que tienes que ser productiva durante la pandemia?” o “¿Cómo te has sentido durante la pandemia?”; de esta manera, interactúan con las mujeres que responden.
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“Nosotras hemos visto una oportunidad para generar alternativas para conversar entre mujeres mediante nuestro perfil de Instagram. Creemos que es tiempo de no abandonarnos y de seguir con la lucha desde nuestras posibilidades”, explican.
Pese a que no cuentan con un protocolo definido para saber qué hacer con las víctimas de un confinamiento violento, una de las integrantes acompañó a denunciar el abuso sexual que sufrió una mujer por parte de su vecino, pero no recibió justicia, “a pesar de que dio los datos de su violador”.
Las mujeres de Cartografías de la Resistencia tienen muy claro que la inacción de las autoridades no es ningún buen escenario.
“Al Estado no le importa la seguridad de las mujeres y menos si las víctimas son de contextos no privilegiados, por eso nuestra tirada es la organización entre nosotras”, destacan.