A la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) no le duele nada porque goza de cabal salud, asegura Germán Fajardo Dolci, director de la Facultad de Medicina y aspirante a ocupar el cargo de rector de la Máxima Casa de Estudios, en noviembre próximo, quien destaca que la mejor vacuna para evitar las injerencias externas en el proceso de relevo de la institución educativa es su autonomía.

“La UNAM no está enferma; al contrario, está muy sana y vigorosa, con un futuro brillante. Esto se demuestra con los miles de estudiantes que se forman aquí. Tienen confianza ellos y sus familias al venir todos los días a estudiar al CCH, a la preparatoria o en alguna de las más de 130 licenciaturas que ofrece la institución”, dice.

Opina que los continuos ataques contra la UNAM desde Palacio Nacional no han hecho mella en la salud de la institución educativa.

Leer también:

“Tenemos que entender que somos una institución del Estado mexicano, que somos financiados por todos los mexicanos y eso hace que siempre estemos bajo el escrutinio y la opinión de cualquier ciudadano. No podemos ser hipersensibles a las críticas, sino más bien debemos de pensar para emprender acciones sobre esos señalamientos. Siempre hay que tomar lo positivo de las críticas para pensar en cómo mejorar y servir mejor a la sociedad y principalmente a nuestros estudiantes”, comenta.

Fajardo Dolci, quien tiene 56 años de edad y más de 30 ejerciendo como especialista en otorrinolaringología, considera en entrevista con EL UNIVERSAL que la mejor vacuna que existe para evitar intromisiones externas en el proceso de sucesión de la Rectoría es el respeto a la autonomía universitaria y la capacidad, integridad y ética de los integrantes de los universitarios.

“Estamos hablando de una comunidad que es sumamente madura, que ha transitado por estos momentos en varias ocasiones, así que confío en que la propia comunidad haga valer esta capacidad de autodeterminación y de autogobierno que tiene la UNAM desde hace más de 100 años”, dijo.

Doctor, ¿cuáles son los principales retos que enfrenta actualmente la Universidad?

—Yo diría que son varios y de diferente índole. Creo que tendríamos tres grandes grupos de retos por enfrentar. El primero es lo que tenemos que preservar. Es decir, qué es lo que tiene la Universidad que debe preservarse; un segundo grupo es lo que tenemos que modificar, modernizar o actualizar, y el tercero es lo que debemos innovar.

¿Qué es necesario preservar?

—Lo más importante: el prestigio nacional e internacional que tiene la Universidad. ¿Qué más tenemos que preservar? La autonomía universitaria, además de su carácter laico y su carácter público, y esta posibilidad que nos da la UNAM de disentir y tener diferentes puntos de vista con la intención de construir no solamente una mejor Universidad, sino erigir un mejor país. Creo que la pluralidad es una de las grandes cosas que tenemos que cuidar y fortalecer.

Hay muchas cosas que actualizar, pero yo comenzaría con lo que tiene que ver con la infraestructura, con el equipamiento y con el mantenimiento. Y es que hay instalaciones que hay que rehabilitar.

En su oficina, Fajardo Dolci comenta que una de las tareas en las que se tiene que seguir avanzando, es el tema de la diversidad sexual, en la cultura de género.

“En esto se ha trabajado mucho durante la administración del rector Enrique Graue, pero esto debe fortalecerse desde el bachillerato, desde las preparatorias, desde el ingreso. Creo que es importante reforzar el respeto y el cuidado de la diversidad y de la cultura de género”, señala.

Resalta que otro tema en el que la Universidad debe seguir trabajando es en la seguridad interna y externa de los distintos planteles de la UNAM, como prepas, CCH, FES, etcétera. “Creo que aquí el trabajo con las autoridades locales y federales es muy importante, para que nuestros estudiantes y académicos se sientan seguros”, expone.

Comenta también que se deben actualizar varios planes y programas de estudio, pues algunos tienen varias décadas, por lo que hay que actualizarlos y flexibilizarlos.

“Hoy, el mundo es mucho más flexible y creo que tenemos que trabajar de manera muy importante en este sentido”, dice.

También habla sobre la importancia de que la comunidad universitaria cuente con un programa de bienestar universitario, que incluya estrategias de salud física, mental, espiritual y social.

“Tenemos problemas de obesidad en nuestra comunidad, además de embarazos entre adolescentes, y yo creo que todo esto debe abordarse con un programa general. Varios de estos programas existen, pero de manera aislada. Así que tenemos que integrarlos en una estrategia integral de bienestar para nuestra comunidad”.

¿Es cierto que el grupo de los médicos tiene tanto poder como para imponer al rector?

—Eso es un mito urbano. Ciertamente los últimos tres rectores, Juan Ramón de la Fuente, José Narro y Enrique Graue, han salido de la dirección de la Facultad de Medicina, pero si hacemos un poco de historia, y si nos vamos a 1910, han existido 18 rectores abogados y 10 médicos, así que en ese sentido los abogados han tenido más rectores. Y ha habido épocas en los que ha habido cinco abogados seguidos; entonces, que haya un cuarto médico no debería de asustar a nadie.

Asegura que los médicos que han sido rectores, “y estoy hablando de los últimos tres, incluyendo al doctor Graue”, le han dado a la UNAM una gran estabilidad.

“Durante los últimos 24 años, la UNAM ha transitado por gobiernos priistas, panistas y ahora morenistas. Y gran parte ha sido por la sensibilidad y por eso pensamos que tenemos los médicos que es no sólo una visión científica y social, sino también humanista”, asegura.

Leer también:

Suscríbete aquí para recibir directo en tu correo nuestras newsletters sobre noticias del día, opinión, y muchas opciones más.

Comentarios