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Los nuevos ataques del presidente Andrés Manuel López Obrador contra los ministros que votaron contra el traslado de la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) dejan entrever una ruptura que lesiona la división de poderes y puede abonar más a la polarización entre los ciudadanos, alertaron politólogos y constitucionalistas.
En entrevista con EL UNIVERSAL, indicaron que los señalamientos del Ejecutivo, quien instruyó a sus secretarios a no tomarles la llamada a los ministros, es también una narrativa de conspiración que utilizará el Mandatario como estrategia política en los comicios federales de 2024 para llamar a votar a favor de su movimiento.
El analista político José Antonino Crespo consideró que la expresión del Presidente hacia los ministros significa una ruptura que ya se vislumbraba desde que asumió el cargo la ministra presidenta Norma Lucía Piña Hernández. Dijo que esto demuestra que el Presidente no platica con aquellos que lo cuestionan, sólo habla con sus incondicionales, como en su momento lo fue el ministro Arturo Zaldívar.
“Con la ministra Piña dice que no le tomen ni el teléfono, igual con la oposición no se ha sentado, no se quiso sentar con los familiares de las víctimas de la violencia, [con] cualquiera que lo cuestione corta la comunicación, lo que es contrario a la dinámica democrática, que es hablar con los adversarios o los otros poderes”, aseguró el especialista.
Fernando Dworak Camargo, maestro en Estudios Legislativos en la Universidad de Hull, Reino Unido, lamentó que acuerdos que deberían ser normales en una democracia para tomar decisiones públicas se rompan por el discurso moral del Presidente y se conviertan en parte de una narrativa de conspiración que no abona a nadie.
“Lamentablemente, mientras sigue siendo creíble que el Presidente es bueno, que es honesto, obviamente cualquier cosa que diga será buena o mala; es una lástima por todo el tiempo que estamos perdiendo en una persona, en lugar de pensar que toda la política son sujetos de encuentros, negociaciones y de acuerdos”, mencionó.
Dworak señaló que la sentencia del Presidente de que “no les tomen ni la llamada” es parte de su estrategia discursiva que ahonda en la división, porque señala a “los malos” y que haya “castigos por su maldad”, caricatura, agregó, que lamentablemente le gusta a la gente.
El abogado Juan Velásquez señaló que el enfrentamiento de los poderes Ejecutivo y Legislativo contra el Judicial es un hecho inaudito: “En los más de 53 años que tengo de ejercer como abogado, nunca había sido testigo de un enfrentamiento de esa magnitud. Había visto algunas diferencias y descalificaciones, pero no lo que ahora está sucediendo”.
Consideró que los señalamientos del Ejecutivo son algo muy delicado por el hecho de que atenta groseramente contra la división de poderes.
En contraste, el investigador Mauricio Merino Huerta celebró la decisión del Ejecutivo, porque, dijo, eso representa una división de poderes: “Me parece muy bien lo que dijo el Presidente; no deben llamarse, ni de un lado ni de otro; es una vergüenza que un ministro o ministra de la Corte pida línea para dictar sentencia o emitir resoluciones, como también es una vergüenza que el Presidente o sus funcionarios hagan presión sobre la impartición de justicia (...), no tienen por qué llamarse, verse o desayunar”.
“Esa crispación (...) es parte de una estrategia que está planteando López Obrador a largo plazo. Lo que está haciendo, es ubicar desde ahora un conjunto de temas que serán relevantes en la conformación de la presencia electoral hacia 2024”, dijo el politólogo Gustavo López.