Liliana Lima Juárez, capitana segunda enfermera, se siente feliz por ser una de las primeras profesionales de la salud en recibir la vacuna contra Covid-19; sin embargo, reconoce que esta dosis no llegará a toda la población de inmediato, por lo que pide a la ciudadanía que mantenga las medidas de prevención para evitar contagios.

“Estos últimos meses han sido los más difíciles, hubo muchos contagiados, por eso hay que retomar las medidas, que no se tome a juego. Ya está la vacuna, pero por ahora no se podrá cubrir a toda la población, esperemos que en corto tiempo estemos todos inmunizados, pero por lo pronto a seguir cuidándonos”, dice a EL UNIVERSAL.

Formada para ingresar a las células de vacunación instaladas en el Hospital Central Militar, la enfermera, que desde hace 10 meses labora en jornadas de 12 horas, confía en que la inoculación al personal de salud será un arma más para combatir esta guerra.

“Siento felicidad de que ya tenemos una forma de estar más seguras, de que no nos podremos contagiar y es un arma para poder seguir atendiendo a pacientes que desgraciadamente se contagian. En estos 10 meses he laborado en terapia intensiva de adultos; los enfermos llegan muy graves. Es muy desgastante, en lo físico y emocional”, dice.

Desde marzo, la rutina de la enfermera se modificó por completo. Cada día llega a las siete de la mañana y sale hasta las ocho o nueve de la noche. Lo primero que debe hacer es ponerse el equipo de protección personal, lo que hace más complicada su labor porque suda mucho, pero no importa, lo que realmente vale dentro de un área Covid es atender de la mejor manera a los pacientes.

“Las mascarillas son un equipo de protección que no estamos acostumbradas a usar y es difícil. Nuestros pacientes, la mayoría están bajo sedantes, pero se les hace todo para cubrir sus necesidades aunque estén intubados. Es muy complicado llegar, bañarlos, acomodarlos para que estén bien dentro de lo que cabe, aunque estén intubados. Nos dividimos en dos equipos, a la hora de la comida sale un primer equipo, para bañarnos, comer, tener un rato de descanso, y otra vez entrar, relevar para que salga a descansar el segundo equipo”, relata.

Reconoce que la pandemia por Covid-19 ha sido muy difícil, pero no tienen otra opción más que seguir al frente de la primera línea de batalla.

“No tenemos de otra más que seguir adelante, es nuestra profesión, si la escogimos es porque nos gusta. Aquí estamos dando nuestro mayor esfuerzo para que los pacientes puedan salir, nos sentimos contentos cuando vemos que los pacientes se van bien y nos dan las gracias por hacer nuestro trabajo”, afirma.

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses