La Cámara de Diputados aprobó la llamada Ley Olimpia: reformas legales que buscan visibilizar y definir la violencia digital, y son el primer paso para atajar esas nuevas formas de hostigamiento, acoso y denostación de las mujeres.
Las reformas a la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia fueron avaladas por unanimidad y con los votos de 400 diputados de todos los partidos, quienes se comprometieron a dar el siguiente paso y, en breve, tipificar en el Código Penal Federal el ciberacoso y todas sus modalidades.
En el dictamen, que fue remitido al Senado de la República, se considera violencia digital cualquier acto de acoso, hostigamiento, amenaza, insulto, vulneración de datos e información privada o apócrifa; mensajes de odio y difusión de contenido sexual sin consentimiento.
Esas conductas irregulares consistirán también en la difusión de textos, fotografías, videos, datos personales o cualquier otro tipo de impresión gráfica o sonora, verdaderas o alteradas, o cualquier otra acción en que se incurra a través de internet, redes sociales, correo electrónico o aplicaciones.
Se anticipó que ese tipo de violencia se pudiera ejercer en nuevas modalidades de medios de comunicación, por lo que se incluyó “cualquier otro espacio digital que atente contra la integridad, dignidad, intimidad, libertad, vida privada o vulnere algún derecho humano de las mujeres”.
Las enmiendas son conocidas como Ley Olimpia debido a la joven de Puebla, Olimpia Coral Melo, quien fue víctima de ciberacoso por la difusión de un video sexual sin su consentimiento, pero no pudo denunciar porque esa conducta ni siquiera estaba en la ley. Por eso emprendió la batalla para avanzar en el combate de ese tipo de acoso.
La diputada Wendy Briceño Zuloaga, presidenta de la Comisión de Igualdad de Género, planteó que en el país 88 millones de personas son usuarias de internet y se estima que 67% de la población usuaria es activa en las plataformas digitales, por lo que es necesaria blindarla de ilícitos, pues las cifras de acoso y hostigamiento en la red han ascendido.
La reforma, expuso, no busca coartar el derecho a la sexualidad, porque no se limita el intercambio consensuado de contenido sexual. “Sin embargo, el espacio digital tiene nuevas conductas delictivas que por el anonimato y la masificación de usuarios permite que el acoso, el hostigamiento y la violencia sexual se reproduzcan”, dijo.
La diputada Lizeth Amayrani Guerra, también de Morena y una de las promotoras de la enmienda, dijo que el ciberacoso es “un monstruo invisible” y con la reforma podrá enfrentarse, pero ahora falta la tipificación en el Código Penal.
“Nos tardamos, pero hoy estamos cumpliendo al tipificar este tipo de violencia”, expuso la diputada del PRD Guadalupe Almaguer, quien reconoció que la medida es insuficiente y por ello demandó ahora acelerar la tipificación y con sanciones severas, o la reforma avalada quedará en letra muerta.
Esta “lapidación moderna” vulnera la vida y derechos humanos de las víctimas, destacó la diputada Hortensia María Luisa Noroña Quezada (PRI), quien acusó al gobierno de violentar a las mujeres en muchos sentidos al desaparecer estancias infantiles, recortar recursos para atender el cáncer, combatir la trata de personas y cerrar albergues temporales para mujeres violentadas.
Por el PES, la diputada Olga Sosa Ruiz, otra de las impulsoras de la reforma, destacó que las acciones digitales pueden convertirse en acciones físicas, trasladarse a la casa, a las escuelas y a las calles.
Madeleine Bonnafoux Alcaraz (PAN) dijo que esta conducta desencadena otras formas de violencias, como feminicidio o violaciones, y por eso pidió garantizar medidas presupuestales para proteger a las mujeres.