La aplicación de la prueba PISA que aplica la OCDE divide opiniones entre especialistas que la ven como un instrumento de colonialismo y otros como la mejor herramienta para medir aprendizajes.
En entrevistas con EL UNIVERSAL, algunos expertos consideran que es necesaria para conocer el comportamiento de los aprendizajes de los estudiantes. Sin embargo, otros ven a esta evaluación internacional como un acto de colonialismo cultural de los europeos hacia el país y como un instrumento que se encuentra en crisis.
“Tenemos la oportunidad política de encabezar un movimiento de rechazo a PISA para que los procedimientos con los que se construye y se trabaja este examen sean más abiertos y haya una situación de mayor comunicación o más paralela entre el organismo que está instalado en una casa en Francia. PISA es un acto de colonialismo cultural de los europeos hacia México”, dice Ángel Díaz Barriga, investigador emérito del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación de la UNAM.
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Destaca que la prueba que se aplica entre estudiantes de 15 años “está en crisis. ¿Por qué le importa a PISA que México participe? La verdad le importa como un acto político, no como un acto académico. Si le importara como un acto académico, nos dejaría a especialistas mexicanos investigar”.
Menciona que desde 2001 a la fecha no han mejorado los conocimientos en matemáticas, lectoescritura y ciencias de los alumnos mexicanos; en cambio, agrega, se ha gastado muchísimo dinero en aplicar PISA, recursos que podrían invertirse en la educación.
Díaz Barriga cuenta que en 2006 “estudié la prueba con mi equipo de investigación. En la parte de ciencias había reactivos totalmente inadecuados para la sociedad mexicana. Sí, como filtro solar. Veo clases medias que utilizan filtro solar, pero no he visto en sectores populares el tema filtro solar como un problema, ya no digamos en el sector campesino”.
Menciona que ese año solicitó formalmente que le abrieran preguntas de PISA, para poder hacer un estudio a mayor profundidad. “Se me dijo que no se podía por el acuerdo que México firmó con PISA de confidencialidad. Por lo tanto, solamente podía trabajar con preguntas liberadas. Que no es ni 3% de las preguntas que tiene el banco de PISA”, relata el experto.
Considera que deben construirse sistemas de evaluación acordes a la Nueva Escuela Mexicana con preguntas mucho más enfocadas en la situación que enfrenta el país.
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Eduardo Backhoff Escudero, expresidente de la Junta de Gobierno del desaparecido Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) y presidente de Métrica Educativa, asegura que PISA “ha mostrado su valor, su utilidad, no solamente en México, sino en muchas otras partes del mundo” y sostiene que si el gobierno federal decide abandonar PISA, el sistema educativo nacional estaría sin rumbo.
“Lo que sucedería es que nos quedaríamos a ciegas, porque no tendríamos información a la que compararnos y no sabríamos efectivamente qué tanto hemos perdido de aprendizajes que ya todo mundo necesita y no tendríamos elementos como para poder mejorar el sistema educativo y los problemas que se identificara en el estudio de PISA. Tendríamos que tomar decisiones sin evidencia y con puras ocurrencias”, refiere.
La directora ejecutiva del organismo civil Mexicanos Primero, Patricia Vázquez del Mercado, subraya que “PISA no es una prueba neoliberal, se hace en 90 países con diferentes tipos de gobiernos, diferentes formas de gobernar, diferentes miradas sobre la educación y aun así hoy está en marcha.
“Hay en PISA 13 países latinoamericanos que hasta ahora no han mostrado ninguna inquietud, incluso el presidente (Gustavo) Petro, de Colombia, ha sido muy específico en decir que la evaluación de PISA nos da una referencia para ver cómo estamos en comparación con el resto del mundo y México la tiene que seguir haciendo”, dice.
A su juicio, lo que se percibe en este momento es que la Secretaría de Educación Pública, que conduce Leticia Ramírez Amaya, está desacatando la orden del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien hace una semana en su conferencia matutina en Palacio Nacional aseguró que el país sí participaría en esa evaluación internacional.
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“El silencio de esa secretaría refleja una dependencia opaca, chiquita, de una secretaría que no tiene mucho que abonar. Creo que a las autoridades no les interesa la educación de este país y esto es una tragedia. Estamos a tiempo de realizar la prueba piloto de PISA, pero estamos contra la pared, ya que estamos a ocho semanas de que concluya el ciclo escolar y no habrá en las escuelas estudiantes para evaluar”, refiere Vázquez del Mercado.
El académico del Instituto Michoacano de Ciencias de la Educación José María Morelos, Erik Avilés, argumenta que no se debe estigmatizar la cultura de la evaluación, porque es claro que se requieren diagnósticos para la mejora continua de la educación nacional. Por ello, este gobierno instauró la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación.
“Es momento de construir: no se trata de polemizar con opiniones, sino que los funcionarios tienen la obligación de honrar el compromiso público del presidente López Obrador, quien dijo que la Prueba PISA 2025 sí se aplicará. Es decir, se trata de una instrucción del Titular del Ejecutivo federal, la cual debe acatarse, máxime que esta prueba piloto estará concatenada con una tradición de participación de nuestra nación en ocho aplicaciones previas”, afirma.