Moscú.— Con una eficacia de 91.6%, la vacuna rusa Sputnik V despeja una duda clave y se abre espacio entre las demás que ya están siendo aplicadas en la lucha contra el coronavirus.

Un análisis de los ensayos clínicos publicado ayer por la revista médica The Lancet y validado por expertos independientes reveló la eficacia del biológico ruso Sputnik V, del que se han enviado lotes a seis países.

Más de 50 naciones solicitan adquirir 2 mil 400 millones de dosis, dijo un portavoz del Fondo Ruso de Inversión Directa (RFPI) a The Associated Press (AP).

“El desarrollo de la vacuna Sputnik V fue criticado por su precipitación, el hecho de que se saltó etapas y por una ausencia de transparencia, pero los resultados aportados son claros y el principio científico de esta vacuna quedó demostrado”, estimaron dos expertos británicos, los profesores Ian Jones y Polly Roy, en un comentario publicado junto al estudio.

Antídoto ruso despeja dudas y gana terreno
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Abajo se ubica la inmunización de AstraZeneca/Oxford, con una eficacia de 60%, según la Agencia Europea de los Medicamentos (EMA) y con la polémica sobre si funciona para mayores de 65 años. La farmacéutica dice que sí, Alemania que no.

La Sputnik V y la AstraZeneca son vacunas de vector viral, utilizan otros virus previamente manipulados para que sean inofensivos para el organismo, y que son capaces de combatir el Covid.

La diferencia es que la de AstraZeneca emplea sólo un adenovirus de chimpancé, mientras que la rusa utiliza dos adenovirus humanos diferentes para cada una de las dosis, lo que explica su mejor respuesta inmunitaria.

Las inoculaciones de Pfizer/BioNTech y Moderna deben conservarse a temperaturas muy bajas, a -70° C y -20° C. La Sputnik V se mantiene entre 2º C y 8º C.

Los investigadores dijeron que, con base en un ensayo realizado en el otoño que involucró a 20 mil personas en Rusia, la vacuna parece evitar que los individuos inoculados se enfermen de gravedad por el Covid-19, pero de momento no está claro si la Sputnik V puede frenar la transmisión.

Tres cuartas partes de los participantes recibieron dos dosis de la vacuna rusa en21 días, y al resto le administraron un placebo. Hubo pocos efectos secundarios graves y se reportaron cuatro decesos, ninguno considerado consecuencia de la vacuna.

Kirill Dmitriev, director general del RFPI, señaló que el estudio “era un jaque mate a los críticos de la vacuna rusa.

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