nacion@eluniversal.com.mx
El presidente Andrés Manuel López Obrador afirmó que para combatir la desigualdad, su gobierno optó por la fórmula de desterrar la corrupción, la impunidad y una política de austeridad republicana para tener mayores recursos.
Al inaugurar la tercera reunión de la Conferencia Regional sobre Desarrollo Social de América Latina y el Caribe, ante representantes de la CEPAL, ONU y ministros de Desarrollo, el Presidente dijo que este modelo puede servir para enfrentar los problemas que dejó la política neoliberal.
No obstante, advirtió: “No se puede extrapolar, porque cada país tiene su historia, debemos rechazar que se imponga una agenda para todos los pueblos y países, rechazar que esa agenda se dicte desde el extranjero y que no se tome en cuenta la realidad de cada pueblo”.
En Palacio Nacional, el titular del Ejecutivo dijo que todos los recursos que se liberan combatiendo la corrupción y con austeridad republicana se destinan al desarrollo del pueblo, “atendiendo a todos, pero primero los pobres.
“Como decían los tecnócratas corruptos, ese es el nuevo paradigma, es una concepción distinta y no es sólo el discurso, estamos aplicando recursos para el bienestar del pueblo”, dijo.
En ese contexto el mandatario criticó que en el gobierno del expresidente Carlos Salinas de Gortari —a quien llamó “padre de la desigualdad moderna”—, el modelo económico que se aplicó sólo favoreció a algunas familias, pues de acuerdo con la revista Forbes en 1988 sólo una familia mexicana estaba entre las más ricas del mundo y en 1994 ya había 22.
Alicia Bárcena, secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), reconoció al gobierno de López Obrador por los programas que ha impulsado, como Sembrando Vida y Jóvenes Construyendo el Futuro, al asegurar que “México cambió, entiende que la pobreza y la desigualdad no son un problema de aritmética”, y retomó el lema del Ejecutivo federal: “Por el bien de todos, primero los pobres”.
Insiste en quitar exámenes de admisión. Andrés Manuel López Obrador insistió en que se deben suprimir los exámenes a universidades y bachilleratos públicos, debido a que, aseguró, la educación no es un privilegio, sino un derecho, el cual el Estado debe garantizar.
Por la tarde, en su gira de trabajo por Santiago Jamiltepec, Oaxaca, el mandatario aseguró que al cumplir 10 meses al frente del gobierno federal, su administración va bien, aunque “no ha sido fácil.
“Hoy cumplimos 10 meses y vamos bien, se va avanzando. No es fácil, porque hay que levantar al elefante grandote, echado, reumático y mañoso. Hay que levantarlo y luego comenzarlo a empujar para que camine, porque es un cuerpo de avance lento”.
Durante su recorrido por el hospital rural del IMSS en este municipio, acompañado por el gobernador Alejandro Murat, el Mandatario llegó con dos horas de retraso, debido a que en su recorrido fue detenido por habitantes, quienes le compartieron, dijo, sus sentimientos y necesidades.