El próximo 30 de mayo, Andrea Rodríguez cumple un año sin trabajo.
La pandemia de Covid-19 fue el motivo por el que la despidieron del restaurante de comida rápida en el que trabajaba en Ixtapaluca, Estado de México.
“Cuando empezó la sana distancia nos mandaron a casa sin goce de sueldo; nos dijeron que en abril regresábamos a trabajar, pero el 30 de mayo (...) nos llamaron para darnos la liquidación”, dice a EL UNIVERSAL.
Desde mayo del año pasado, la joven de 23 años ha buscado empleo para sostener sus gastos y mantener a su hijo, quien pronto cumplirá dos años, pero no ha logrado su cometido.
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“Ahora que ya abrieron las plazas comerciales he dejado papeles en todos los negocios, pero no hay trabajo. Para poder con mis gastos hago limpieza en varias casas y plancho ajeno”, relata desde su casa, en Tlalmanalco, Estado de México.
A finales de marzo, Andrea probó suerte en una empresa de call center en la Zona Rosa de la Ciudad de México, pero el sueldo no fue suficiente para pagar los pasajes, comida diaria más sus gastos y los de su hijo.
Andrea concluyó la preparatoria en 2018, ese año ingresó al sistema abierto de la Facultad de Estudios Superiores Aragón para estudiar Derecho. Para sostener a su hijo trabajaba en un restaurante de comida rápida de una plaza comercial.
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Además de haber perdido su empleo, decidió darse de baja de la carrera: “No podía ni estudiar, el no tener dinero hace que uno se estrese, que piense: ‘¿Qué va a comer mi niño?’, ‘¿Cómo puedo ayudar a mis papás?’.
“No tenía cabeza para seguir con la escuela, además de que hace meses dejamos de pagar el internet y hemos tenido que empeñar varias cosas, como mi computadora. En estos momentos lo que más me importa es encontrar trabajo y después ya veremos”, concluye.