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La socialdemocracia ha demostrado ser la ideología más eficaz en la búsqueda de una sociedad justa y equitativa. Ha sido una ideología que ha dado sus mejores frutos en las sociedades escandinavas, las que el Presidente de la República ha citado más de una vez como un objetivo a alcanzar y que sus críticos han tratado de descarrilar de forma por demás frívola.
Obvio, para quienes desconocen México y especialmente el Sureste de México, la ideología socialdemócrata les parece un dardo perfecto para tirar a la imagen de AMLO, eso denota ignorancia geopolítica y enorme insensibilidad humana. En México, un país con una rica diversidad sociodemográfica y desafíos de pobreza y desigualdad heredados tras décadas (y décadas) de capitalismo gerencial, la socialdemocracia emerge como la mejor opción para construir un futuro próspero y, sobre todo, compartido.
La socialdemocracia se basa en el principio fundamental de la igualdad de oportunidades y el bienestar social, eso dice el diccionario político y eso dice AMLO. La socialdemocracia promueve políticas redistributivas para reducir la brecha entre ricos y pobres, garantizar servicios de calidad en educación y salud, y fortalecer la protección social para los más vulnerables. Precisamente los grandes pendientes de México en lo global, del Sureste en lo general y de un Yucatán -teóricamente próspero- en lo particular.
La socialdemocracia no se opone al crecimiento económico ni a los empresarios, sino que busca un crecimiento sostenible e inclusivo. Citando al economista Joseph Stiglitz, "El crecimiento que beneficia a los ricos no es verdadero progreso, sino una ilusión". La socialdemocracia defiende políticas económicas que promueven la inversión en infraestructura, el desarrollo de habilidades y la creación de empleo digno, asegurando que el crecimiento beneficie a todos los estratos de la sociedad.
La construcción de un sólido Estado de Bienestar es un pilar de la socialdemocracia. La socialdemocracia aboga por una educación inclusiva y de calidad, así como por un sistema de salud accesible para todos los ciudadanos, garantizando el bienestar y la protección social en todas las etapas de la vida. Eso es lo que se está construyendo con un nuevo enfoque para la hacienda pública en México (Becas, una nueva lógica para el IMSS y pensiones universales). El camino no es perfecto, pero es claro.
La socialdemocracia se basa en la participación ciudadana y la democracia de fondo, no de formas. En palabras del político Olof Palme (un escandinavo), "La democracia sin igualdad es pura hipocresía". La socialdemocracia busca una democracia inclusiva que responda a las necesidades y aspiraciones de todos los ciudadanos.
Al compartir la prosperidad y promover una sociedad más equitativa, la socialdemocracia ofrece un camino hacia un México próspero y justo para todos. Como afirmó Willy Brandt, "No queremos más riqueza para unos pocos en un mundo de pobreza. Queremos menos riqueza en un mundo de justicia". Esa es la base verdadera que estamos construyendo para un México que pueda crecer y estar en paz; puede que tenga ejemplos escandinavos, pero sus sueños de justicia no podrían ser más universales y ni más mexicanos.
*Senador de la República por Yucatán, @RaulPazMX, @raulpazalonzo, contacto@raulpaz.com.mx