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Para el cartonista José Antonio Baz Nungaray Jabaz, la libertad de expresión está en riesgo cada vez que el presidente Andrés Manuel López Obrador, “como un bravucón”, trata de contrarrestar a sus críticos los medios de comunicación y periodistas, retándolos constantemente.
“Insisto, contrarrestar la crítica es hacer las cosas bien como Presidente y no como un bravucón de esquina, como un pandillero que está retando a sus críticos continuamente”, afirma.
En entrevista telefónica con EL UNIVERSAL, desde Jalisco, el ganador del Premio Nacional de Periodismo 2005 se pronuncia en contra de que el Presidente tenga mesura en sus comentarios, sino más bien que el Ejecutivo federal sepa interpretar que la crítica viene de la falta de acción o una mala política de su gobierno.
El autor de El país de nunca Jabaz que se publica en Milenio expresa que en medio de este debate, las benditas o malditas redes sociales están contribuyendo a la polarización social, tanto por el lado del ciudadano común como del gobierno federal.
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¿Cuál es el estado de la libertad de expresión con el presidente López Obrador?
—Está en riesgo la libertad de expresión, porque es muy diferente la posición desde donde contesta el Presidente a como se hace la crítica desde los medios. La mejor manera de contestarle a los críticos es gobernando bien, no hace falta estar cada mañana contestando a sus críticos, porque lo que hacen sus críticos es juzgar a su gobierno y la manera como gobierna.
El que él conteste con agresiones y señalamientos hacia la prensa crítica es debilitar la libertad de expresión y eso para los medios de comunicación es como una línea que está trazando el Presidente de México, es decir, no sólo las personas, sino los mismos medios de comunicación, las empresas.
¿Desde su óptica, qué tan dispareja es esta lucha?
—Es muy dispareja porque la investidura presidencial por supuesto que tiene una mayor jerarquía o más alta que los medios de comunicación. El que cada mañana [el Presidente de la República] esté contestando y haciendo señalamientos sobre medios de comunicación y sobre columnistas críticos, por supuesto que tiene una repercusión mayor que la que pueda tener una columna o una caricatura.
¿Ante estos señalamientos, usted se ha autocensurado?
—No, trato de trabajar con la misma actitud desde siempre. Los cartones que hago, los fotomontajes que hago, comencé a hacerlos desde el sexenio de Carlos Salinas de Gortari y me acuerdo que en aquella época sí había una censura muy fuerte.
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¿Cómo era esa censura?
—No podía usar la cara de [Carlos] Salinas [de Gortari] en fotomontajes, tenía que recurrir a otras artimañas para hacerlo, sólo hasta el final de ese sexenio fue cuando pude hacer una crítica más abierta porque donde publicaba no me permitía hacerlo, cuando empecé a hacerlo había censura muy seria.
¿Y ahora ya no hay censura?
—Eso se va ganando, no es una concesión por parte del gobierno, sino fue una presión por parte de los medios y la ciudadanía en general, el ir ganando espacios en cuanto a la fuerza de la crítica y eso fue lo que permitió la apertura y la libertad de expresión.
¿En un país como México, donde el periodismo es una profesión de alto riesgo, el Presidente debería mesurar sus expresiones?
—No, no es tanto que tenga mesura sino que sepa interpretar la crítica. La crítica no es nada más porque sí, la crítica viene por una falta de acción de gobierno o mala política del gobierno. Insisto, contrarrestar la crítica es hacer las cosas bien como Presidente y no como un bravucón de esquina, como un pandillero que está retando a sus críticos continuamente, porque no sólo él sino el ejército de bots o troles que hay en las redes sociales para contrarrestar la crítica.
¿Criticar al Presidente no significa ser conservador, fifí o facho?
—En primer lugar se asumen en una posición de izquierda, ¿de cuándo acá la izquierda es de esa manera? Cada mañana critica a los conservadores, pero los conservadores son ellos con sus actitudes y acciones. El conservadurismo viene de la Cuarta Transformación. Por ahí leí un tuit que me pareció muy elocuente, que los únicos que ven a la 4T [Cuarta Transformación] como izquierda son Frenaaa y Morena, porque esa no es la izquierda.
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¿Qué papel ve usted que juegan las redes sociales en este debate?
—Las benditas o malditas redes sociales están contribuyendo a la polarización social, tanto por el lado del ciudadano común, como por el lado del gobierno federal, motivado desde el poder, porque esta polarización se daba en sexenios pasados, pero no como se presenta actualmente. Cuando como se dice comúnmente con un cartón: “Se le pisa un callo a alguien”, inmediatamente salen los troles o la gente pagada que buscan anular lo que uno hace como crítica, no hay una respuesta racional o argumentada, es simplemente la ofensa, la descalificación y el motivar a un pleito, porque muchas veces uno se engancha.
¿Ante este debate, cuál debe ser el papel de los caricaturistas, periodistas y medios?
—La función debe ser la de siempre: señalar cuando no se está de acuerdo con una política y ejercer la libertad de expresión que tanto dice López Obrador que respeta. Eso hay que hacerlo valer, el seguir haciendo crítica, aun cuando muchas veces los medios se arruguen, como vulgarmente se dice, porque hay algunas críticas que el mismo medio se ve comprometido.
¿Se puede renunciar a la crítica en los medios?
—No se puede renunciar a la crítica. Como colaborador de un medio de comunicación se tiene que ejercer el derecho a la crítica, pero desde hace 25 años nunca había sentido tanta presión como en este sexenio.
¿Presión del gobierno o de los bots?
—Presión por parte de todos lados, por parte del gobierno, por parte de las redes sociales, de parte de los medios donde uno trabaja, es una presión general.
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¿Andrés Manuel López Obrador es el presidente más criticado en la historia del país?
—No, ha sido de los Presidentes de México que por un lado ha tenido más apoyo y respaldo ciudadano, pero no es el más criticado. En mi caso, lo mismo critico a [Felipe] Calderón, a [Enrique] Peña Nieto, a [Ernesto] Zedillo, a [Vicente] Fox, yo me he comportado de una manera crítica y con humor cuando no estoy de acuerdo con lo que hacen como gobierno. Yo sigo haciendo lo mismo nada más que ahora se me tacha de conservador, de derecha, cuando antes me decían lo contrario.
¿Qué opina que el presidente López Obrador use la frase de Madero: ‘Le muerden la mano a quien les quitó el bozal’, para referirse a la prensa?
—Esa es la visión tan deformada que tiene [el Jefe del Ejecutivo federal] de la realidad, es decir, la libertad de expresión no es una concesión por parte del gobierno, es algo que se ha ganado la sociedad civil a base de tantos periodistas muertos. Esa es una visión muy torpe y falsa de lo que es la realidad. López Obrador no nos ha dado nada en cuanto a libertad de expresión, por el contrario, todo lo que está haciendo es en contra de la libertad de expresión.