Luego de la publicación del reportaje en el que se asegura que la casa en la que viven su hijo José Ramón López Beltrán y su esposa, Carolyn Adams, en Houston, Texas, perteneció a la empresa Baker Hughes, la cual tiene contratos con Pemex, el Titular del Ejecutivo federal llamó a que se haga una investigación y, si hay pruebas, que se presenten, pero sentenció que no se va encontrar nada, “absolutamente nada”.

En conferencia de prensa y al afirmar que “no somos iguales”, insistió que su gobierno no protege a nadie, “aunque sean mis hijos”, pues manifestó que él está en la Presidencia para cumplir con el mandado de desterrar a la corrupción, el influyentismo y “todas esas lacras”.

“[Sobre] el escándalo de lo de mi hijo, de la renta de una casa, todo esto que difundieron muchísimo, si tienen pruebas, que las presenten. Nosotros no protegemos a nadie, yo estoy aquí para cumplir con el mandato popular de desterrar la corrupción (...), el amiguismo, el influyentismo, el nepotismo. No permitir nada de eso, tratándose de quien se trate, aunque sean mis hijos (...) No somos iguales, nosotros tenemos principios, dijo.

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