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A pesar de “amedrentar” a la prensa, el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador representa una “mina de diamantes” para los periodistas, consideró el periodista Carlos Marín, autor del Manual de Periodismo, colaborador del espacio Con los de enfrente, coproducción de EL UNIVERSAL y Milenio.
A propósito de la reedición de su Manual de Periodismo (Grijalbo), que se enseña en universidades de todo el país desde hace más de 30 años, Marín consideró que uno de los retos más importantes es la formación de nuevas generaciones de periodistas y que este es un “gran momento” para ejercer el oficio en nuestro país.
“El presidente López Obrador y su gobierno constituyen una mina de diamantes para el ejercicio periodístico, porque no sólo todos los días, sino varias veces en un mismo día incitan y excitan el oficio periódico”, dijo.
¿Qué cambios incorpora esta nueva edición del Manual de Periodismo?
—Son ejemplos mucho más próximos a este 2019 y la inclusión de lo que todavía les decimos “nuevas tecnologías”, aunque los cambios son tan rápidos que quizás pronto se vuelvan viejas.
¿Rapidez o precisión?
—Yo prefiero la lentitud con precisión, a la rapidez a lo tonto.
¿Cuáles son los principales retos que plantean las redes sociales?
—El reto no es para el medio, sino para los oficiantes del periodismo. Es adaptarse a la velocidad de la información sin traicionar los principios del trabajo periodístico. En las redes sociales circula mucha basura y no cualquiera que se haga de un espacio cibernético es periodista. Esto se ha vuelto una plaga.
¿Por qué han ganado tanto espacio en la discusión pública y de los lectores?
—Quienes no tienen cuidado de seleccionar sus medios de información y de identificar a los periodistas que les merezcan mayor confianza, tienen un problema de ignorancia. Es decir: suponer que todos los medios de comunicación son periodísticos es un desatino bárbaro.
Este descrédito al trabajo de los medios no surge con este gobierno...
—No había sido puesto en entredicho nunca así. Yo voy a cumplir 52 años de reportero y jamás había ocurrido. Esto lo facilitan las nuevas tecnologías, pero también revela que somos muy dados a chismes sin confirmar. El mejor periodismo es el que no admite réplica. Hemos visto voladas en los medios tradicionales, pero muchas más en el vecindario cibernético.
¿El presidente López Obrador representa un nuevo reto para los periodistas en México?
—No. Él y su gobierno constituyen una mina de diamantes para el ejercicio del periodismo. No solamente todos los días, sino varias veces en un mismo día, incitan y excitan el oficio periodístico. En la administración, para donde sea que voltee uno, o hay nota o hay elementos para ir por la nota, hacer crónica, entrevistas y reportajes.
¿Hay un nueva edición de la censura con el gobierno de la 4T?
—No, yo no conozco la censura y nunca la he vivido, ni la he visto aplicada en otros medios. Censura es la supervisión de algo que vas a difundir y desde antes te dicen: ‘Esto no’. Yo no conozco la censura ni la he visto en nadie que se precie de ser periodista, quienes se prestan a la censura no son periodistas. Nuestro oficio es un oficio de libertad, que ejercemos personas libres; es libérrimo, libertario y hasta libertino. La libertad, por cierto, no nació en este gobierno.
¿Si no es censura, qué es?
—Es un amedrentamiento, aunque no se lo propone. Refleja una cosa que es muy lesiva para la salud pública: la imposición de un pensamiento único, porque si discrepas de algo que a él le importe, entonces te cuelga el escapulario de fifí, conservador, reaccionario... como si este gobierno fuera de izquierda. Ser de izquierda implica el debate, pero no el aniquilamiento público de los adversarios.
¿A qué retos se enfrentan los periodistas de nuestra generación que no tuvieron los de la suya?
—El reto es el de siempre: entender que el trabajo periodístico tiene más de dedicación física que intelectual; quitarse cosas que se aprenden en las aulas y que teorizan mucho. Los estudiantes salen de la carrera pensando “tengo muchas cosas que decir”; mejor dí lo que hayas averiguado, reportea.
¿Es más fácil hacer periodismo con la ayuda de la tecnología?
—No puedo responder con seguridad. Excepto que con ayuda de la tecnología puedo más rápidamente hacer alguna consulta que me permita contextualizar una información, pero la cobertura de una fuente no tiene nada que ver con la tecnología, sino con el conocimiento, el dominio de lo importante de la información, conocer gente y tener sus números de teléfono.
¿Cómo enfrentar lo ocurrido la semana pasada cuando se volvieron trending topic los hashtag #prensavendida, sicaria?
—Ignorándolo. Cada quien debe atenerse a lo que es y lo que le corresponde hacer; no hay que sudar calenturas ajenas. Quizás hay medios prostituidos, sicarios o lo que les dijeran, pero yo necesitaría ser muy pendejo para ponerme el saco.