Tras la salida de Gabriel García Hernández como coordinador general de programas para el desarrollo, el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció ayer que su lugar será ocupado por Carlos Torres Rosas, secretario técnico de la Oficina de Presidencia de la República.
Con esta designación, el Ejecutivo también informó que la Coordinación General de Programas para el Desarrollo y la Secretaría Técnica de la Presidencia se fusionarían, para formar un solo ente, en el que se borrará toda la intervención de la Secretaría de Bienestar que, con base en la legislación vigente, trabaja a la par de la coordinación.
Es decir, la Oficina de Presidencia tendrá control directo de los programas sociales, que manejan un presupuesto de más de 300 mil millones de pesos, así como de las actividades de los 32 superdelegados y los más de 20 mil servidores de la nación.
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Se destaca que esta decisión se tomó después de la jornada electoral en la que Morena y aliados perdieron alcaldías y curules en el Congreso de la capital, principal bastión del Mandatario.
Entre las nuevas funciones de Torres Rosas se encuentra la de coordinar a los 32 superdelegados, los 128 subdelegados estatales y los 266 coordinadores regionales de programas para el desarrollo, quienes tienen bajo su mando a los casi 20 mil servidores de la nación.
También tendrá como tarea ejecutar los programas integrales de desarrollo económico y social, como la pensión para adultos mayores, para niños con discapacidad y Sembrando Vida. También, el programa de Crédito Ganadero a la Palabra, Tandas para el Bienestar, Apoyo para el Bienestar de Niñas y Niños Hijos de Madres Trabajadoras.
Debido a esta nueva fusión, la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal tendrá que cambiar, pues actualmente establece que la Secretaría de Bienestar, en conjunto con la coordinación, tendrá bajo su cargo a las delegaciones estatales, así como la planeación y ejecución de los programas sociales.
La ley federal establece en su artículo 32: “La Secretaría de Bienestar, en conjunto con la Coordinación General de Programas para el Desarrollo, coordinarán a las Delegaciones de Programas para el Desarrollo en las entidades federativas, así como la planeación, ejecución y evaluación de los planes, programas y acciones que desarrollen.
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“Las Delegaciones de Programas para el Desarrollo estarán adscritas, jerárquica y orgánicamente a la Secretaría de Bienestar y sus titulares serán designados por el titular de la secretaría a propuesta de la Coordinación General de Programas para el Desarrollo”, indica la norma.
En ese sentido, también se tendrán que modificar los lineamientos que regulan las funciones de las delegaciones de programas para el desarrollo, pues estos fueron emitidos en julio de 2019 y firmado por la entonces secretaria de Bienestar, María Luisa Albores, y por Gabriel García Hernández.
En los términos se establece que “los delegados deberán proveer la información necesaria a la secretaría y a la coordinación, para la planeación e implementación de los programas para el desarrollo”. Con esta fusión, los delegados sólo tendrán que reportar a Torres Rosas.
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Antecedentes
Entre las funciones exclusivas que tenía Torres Rosas al frente de la Oficina Técnica de Presidencia estaba la de dar seguimiento a los programas y proyectos considerados prioritarios por López Obrador y recabar información sobre el avance físico-financiero de los planes a cargo de las dependencias federales que tengan asignados recursos presupuestales federales.
“Se hace una sola”
En su conferencia de prensa matutina y a pregunta expresa, el Titular del Ejecutivo federal aseguró que la salida de Gabriel García y su sustitución por Carlos Torres Rosas se trataba de “un relevo” y que se buscaba la fusión de la Secretaría Técnica de Presidencia y de la Coordinación General de Programas para el Desarrollo, para hacerse “una sola”.