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El periodista Mario Maldonado, columnista de EL UNIVERSAL, retrata en su nuevo libro Confesiones desde el exilio: Enrique Peña Nieto (Planeta, 2024), el último encuentro entre el entonces presidente de México y el actual, Andrés Manuel López Obrador.
La casa de López Obrador en Tlalpan fue testigo de aquella reunión entre el futuro presidente, su esposa Beatriz Gutiérrez Müller, y el presidente en turno, Peña Nieto.
Peña Nieto niega rotundamente cualquier tipo de pacto con Morena: “No hubo tal, es un invento”, me dijo en la primera entrevista que le hice en un restaurante de Punta Cana [Republica Dominicana], para después enumerar y describir las únicas reuniones y comunicaciones que ha tenido con López Obrador desde que lo conoció, refiere Maldonado.
“Fueron cuatro encuentros, me aseguró. La última reunión fue en su casa de Tlalpan, en la que estuvo también su esposa Beatriz Gutiérrez Müller, quien, además de ser la encargada de servir los platillos de una comida en la que no hubo empleados domésticos, les tomó una fotografía que después compartiría el mandatario entrante en sus redes sociales.
Otras fotos se quedaron guardadas en el teléfono celular de Peña Nieto, quien conserva todavía las imágenes en su memoria de almacenamiento. El expresidente me compartió los pormenores de esa reunión: relató que fue la única vez que vio a Beatriz Gutiérrez y que incluso la conoció en aquel momento: “Por cierto, me cayó muy bien, nada más estábamos los tres”, precisó.
Gutiérrez Müller servía la comida. “¿Cómo nos sentamos?”, preguntó el mexiquense y propuso dejar a quien sería la “no primera dama” en la cabecera. Pero comía y se paraba, comía y se paraba. Peña recuerda que cada vez que ella se levantaba, él también lo hacía y le decía: “Ya no se pare”.
Al terminar de comer, de acuerdo con el relato del expresidente, Gutiérrez Müller finalmente tomó su asiento en la mesa. “Platícale a mi esposa”, le dijo López Obrador, “¿verdad que esto de ser presidente no es nada glamoroso?”. Peña Nieto explicó entonces que, efectivamente, todo mundo piensa que ser presidente es un ejercicio glamoroso, pero que de eso no tiene nada.
Peña Nieto dijo a López Obrador que lo iban a molestar con todo, que emocionalmente era un gran desgaste, por lo que habría que tener fortaleza emocional. La conversación se hizo todavía más interesante y llegó la pregunta clave: “¿Qué me aconseja?”, le soltó López Obrador.
Peña Nieto le dijo que era importante escoger un buen gabinete. “¿Qué más le podría sugerir, si usted es ya un actor político?”, expresó.
Sin embargo, López Obrador insistió y fue entonces cuando Peña Nieto le hizo una recomendación sustancial, la cual, según se vio en las decisiones del primer sexenio que gobernó Morena, se siguió al pie de la letra. Le dijo que tuviera cuidado del empresariado, pero sólo de algunos: “De los que se dicen sus amigos de Monterrey”.
El priista le relató que, de manera previa a las elecciones intermedias de 2015, recibió la visita de lo que identifica como la cúpula empresarial de Monterrey. Le fueron a decir que decidiera quién iba a ser la candidata del partido, que la iban a apoyar y que estaban muy contentos con los perfiles. La decisión estaba entre las entonces senadoras priistas Ivonne Álvarez García, quien resultó al final elegida, y Cristina Díaz Salazar.
“Venimos a decirle, señor presidente, que vamos a apoyar a su candidata, a la que usted decida”, es la oferta que recuerda Peña Nieto de esa conversación. Los empresarios lo hicieron a espaldas de Rodrigo Medina de la Cruz, gobernador de 2009 a 2015. Al final varios terminaron apoyando a Jaime Rodríguez Calderón, El Bronco.
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La última llamada
La última llamada entre Peña Nieto y López Obrador fue el viernes 15 de septiembre de 2023. Irónicamente, el Presidente se encontraba inaugurando el primer tramo del Tren Interurbano México-Toluca, bautizado por su gobierno como El Insurgente, que fue “rescatado” por el gobierno de López Obrador.
La llamada se dio a través de dos contactos: uno cercano al expresidente y el otro a Daniel Asaf Manjarrez, a cargo de la ayudantía de López Obrador. La conversación fue breve, de apenas uno o dos minutos. Peña Nieto le agradeció las palabras que le confirió un día antes, cuando lo llamó “demócrata” por no haber intervenido en las elecciones de 2018 en las que resultó ganador. “Le aprecio mucho el gesto de ayer, señor Presidente”, le dijo Peña.
El jueves 14 de septiembre, durante un acto político en el que el gobierno del priista Alfredo del Mazo entregó el poder a la morenista Delfina Gómez en el Congreso mexiquense, López Obrador “agradeció” en su discurso al gobernador saliente y al expresidente por no “haberse metido” en las elecciones.
“Soy presidente porque lo decidió el pueblo de México de manera libre, pero también tengo que reconocer que el presidente Peña, a diferencia de los otros dos presidentes [Vicente Fox y Felipe Calderón], lo digo con todo respeto, no se metió, es decir, no aceptó hacer trampas y respetó la voluntad del pueblo de México. Eso no lo voy a olvidar”, dijo López Obrador.
Y así fue, López Obrador no olvidó ese gesto todo su sexenio, pues a pesar de las investigaciones y el escrutinio público, hasta la entrega del libro para su publicación no se intentó proceder legalmente contra el expresidente Peña Nieto.
La respuesta de López Obrador a la llamada de Peña Nieto fue reiterar lo dicho en su discurso en Toluca: “Gracias, Enrique, te comportaste como un demócrata, eso no lo voy a olvidar. Que estés bien”, fueron las palabras con las que concluyó esa comunicación.