Lázaro Cárdenas, Q. Roo.— La entrada en operación del este viernes sin que se hayan cumplid o los acuerdos ambientales, sociales y urbanos firmados por el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) con el ejido y sus pobladores amenaza a la comunidad de Nuevo Xcan, localizada en Lázaro Cárdenas, el municipio más pobre de Quintana Roo.

El Plan Maestro de la Comunidad Sustentable de Nuevo Xcan, junto a los 10 puntos de un convenio signado entre partes, fue un mecanismo diseñado desde las propias comunidades indígenas y rurales, académicos, sociedad civil y autoridades para evitar que la llegada masiva de turistas y de migrantes incrementen la presión ambiental y la demanda de servicios públicos en la zona, cuyo atractivo más conocido es la isla de Holbox.

En Nuevo Xcan se construye una de las estaciones del Tramo 4 del ferrocarril, la cual lleva el mismo nombre de la localidad y se convertirá en el centro de distribución de visitantes en la zona norte del estado, colindante con Yucatán. Fue la última estación de la ruta 4 en decidirse, pues sustituyó al trazo que correría por Cobá, lleno de vestigios arqueológicos y cenotes. Su construcción, a cargo de la empresa ICA, fue definida como de baja afluencia.

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El plan maestro reconoció la existencia de una ruta turística operada por 15 comunidades que ofertan atractivos como el humedal El Corchal, la laguna de Pacchen, un orquidiario, los cenotes, el llamado Árbol de la Vida en el Cedral y una ceiba ancestral, entre otros.

Las comunidades son Holbox, Chiquilá, Solferino, San Ángel, Kantunilkin, Nuevo Xcan, Nuevo Durango, Pacchen, El Naranjal, Ejido Juárez, San Martiniano, San Lorenzo, Agua Azul, El Cedral y Tres Reyes.

Ese corredor turístico se ha identificado desde hace dos décadas como “Puerta Verde”, pero por temas de índole legal el nombre tuvo que cambiar y desde hace algunos años las comunidades se impulsan bajo la denominación de “Corredor Balam”, en honor al jaguar.

Liliana García Ramírez, directora de la asociación civil Kanché, enfocada en proteger y conservar la biodiversidad y la cultura maya, ve en el megaproyecto una oportunidad si se retoman los acuerdos suspendidos y firmados por el gobierno federal.

Sin embargo, admite que también hay un riesgo, que estriba en la llegada de millones de turistas, como espera la autoridad, lo que es contrario a la vocación de la frágil zona, por donde corre la fractura de Holbox —principal reserva de agua dulce del estado— y hábitat de la mayor población de jaguares en la entidad, sin contar con los graves rezagos sociales y urbanos que tiene el municipio. “La estación de Nuevo Xcan va a ser un centro de distribución hacia el norte de una cantidad mayor de turistas; entonces, sí es importante empezar a trabajar juntos”, dice.

Por ello, la experta en derecho ambiental hace un llamado a las autoridades de todos los niveles para trabajar en tareas de ordenamiento territorial y que atiendan los impactos sociales, ambientales, culturales y de economía social en la región.

El principal imán para abordar el tren en este tramo es la isla de Holbox, en el municipio de Kantunilkin, pero existen otras localidades con atractivos propios, comercializados por las comunidades del lugar bajo un modelo de muy bajo impacto, basado en el modo de vida de los pueblos originarios.

Por ello, el arribo masivo del turismo, fomentado por la propia autoridad —advierte García Ramírez—, aumentará la presión ambiental y la demanda de servicios públicos, actualmente insuficientes en Lázaro Cárdenas, el municipio más empobrecido de Quintana Roo, con una población de 29 mil 171 personas, en 99% hablantes de maya, con alto grado de marginación e índice de desarrollo humano medio.

En su territorio se han decretado dos áreas naturales protegidas (ANP), Yumbalam y Otoch Ma’ax Yetel Koo. De acuerdo con Kanché, sólo existen dos plantas de tratamiento de agua y el grueso de las localidades carece de drenaje.

“Entonces, el reto es cómo lograr coexistir el modelo a partir de esta gran infraestructura con el modelo de desarrollo que ya implementamos las comunidades. Es una tarea pendiente y tendríamos que trabajar para encontrar juntos cómo darle flujo, cómo atender a esta población que va a venir y que evidentemente el Tren Maya está causando interés”, dice en entrevista con EL UNIVERSAL.

Estación con vocación social

Organizaciones como Kanché, ejidatarios y académicos entrevistados coinciden en que la estación Nuevo Xcan —mencionada como paradero dentro del Tramo 4 que va de Izamal a Cancún— fue modelo de participación social para su diseño y contó con la voluntad del ejido para ceder los terrenos requeridos.

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