Los gobiernos de México y Estados Unidos abrieron un nuevo frente en la relación comercial por la importación de maíz amarillo transgénico en nuestro país.

El presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que no cederá en el tema y México no importará ese producto genéticamente modificado por posibles riesgos a la salud para los humanos, y de ser necesario, se llegará a paneles de controversia dentro del T-MEC.

En conferencia, afirmó que propuso al secretario de Agricultura de EU, Tom Vilsack, que sean las agencias sanitarias de ambos países las que determinen la seguridad del maíz transgénico amarillo para el consumo humano. Advirtió que si no hay acuerdos, no hay que alarmarse, que se acuda a un tribunal y decida, “pero nosotros no podemos ceder en esa solicitud”.

De acuerdo con agencias, tras la reunión con López Obrador, Tom Vilsack planteó las “profundas preocupaciones” del gobierno y productores estadounidenses en torno a la norma que entrará en vigencia en enero de 2024, para la eliminación gradual del maíz transgénico y el uso del glifosato.

Vilsack dijo que el gobierno de Estados Unidos podría considerar acudir al tratado regional T-MEC si no logra una resolución favorable. López Obrador comentó que en su encuentro con Vilsack fue muy claro en que México sólo permite la importación de maíz amarillo transgénico para forraje, pero no para consumo humano.

“El tema es que ese maíz esté sujeto a un permiso anual, de la Cofepris, que lo podemos ampliar y llevar a cabo un acuerdo para que la agencia de salud de Estados Unidos y Cofepris hagan un análisis sobre las características de ese maíz amarillo, y que se aseguren que no son dañinos a la salud, no estamos en una postura cerrada”, expuso.

“Pero si no abrir la entrada de maíz transgénico o no es seguro para consumo humano, afortunadamente nosotros tenemos autosuficiencia en maíz blanco, el señor secretario de Agricultura [Vilsack], que ya fue gobernador, tiene mucha experiencia, pues sabe que el maíz es originario de México y tenemos muchas variedades nativas, y que es nuestro patrimonio cultural”, destacó.

López Obrador señaló que si se tiene que decidir entre la salud y el “mercantilismo”, México opta por lo primero.

“Hay también mecanismos para dirimir estas controversias, en el tratado [T-MEC], pero nosotros tenemos elementos para defender porqué no se permite el maíz transgénico”, aseguró.

El Presidente agradeció a Vilsack que haya escuchado directamente cuál es la postura de México, “porque no es lo que digan los que están interesados en vender maíz amarillo, aunque afecte la salud de los mexicanos, sino que venga a escuchar cuáles son nuestras razones. Además, sin prepotencia, como lo ha planteado siempre el presidente Joe Biden, con un pie de igualdad, de respeto. Está el tratado y hay mecanismos en el caso de que exista una controversia para que se resuelva. Y sí podemos llegar a un acuerdo sin necesidad de ir a la controversia”, comentó.

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