Cuando observamos que nuestros adultos mayores empiezan con pérdidas de memoria, por mínimas que sean, es momento de iniciar con estudios y tratamientos adecuados para algún tipo de demencia, como el alz-heimer, alerta Carlos Castillo Rangel, presidente del Colegio Nacional de Neurocirugía.

En entrevista con EL UNIVERSAL, el experto refiere que, desafortunadamente, personas con este tipo de problemas llegan a tratamiento cuando ya llevan cuatro o cinco años viviendo trastornos de memoria, mismos que la familia vio venir, pero por los que no se actuó a tiempo.

“Sólo cuando ocurren cosas graves, como perderse en la calle, olvidar su nombre o desconocer a sus familiares es cuando se les pone atención”, advierte Castillo Rangel.

El investigador del ISSSTE mencionó la importancia que se le debe poner a la depresión en enfermedades neurológicas.

“Está completamente comprobado que la depresión crónica conduce a un problema demencial; el paciente que [la] sufre, años más tarde, va a tener un deterioro cognitivo que puede llevarlo hasta una demencia importante”, refiere.

En este punto, el neurocirujano hace mención de los antidepresivos, de los que existen muchos mitos.

“Hemos visto que con ciertos antidepresivos se estimula la neurogénesis; es decir, la población de nuevas neuronas y células madre”.

Vemos, señala, que la población en general le teme a los antidepresivos, porque hay muchos mitos sobre ellos, porque se piensa que son malos o adictivos; sin embargo, eso no es así; de hecho, algunos antidepresivos tienen funciones muy específicas y son benéficos para el paciente. Más allá de deshacerse de un estado depresivo, se prevé que el paciente no vaya en camino hacia alguna demencia.

Castillo Rangel también señala en la importancia de saber distinguir todo tipo de demencias, como el alzheimer.

“El alzheimer es una enfermedad degenerativa, una variante de demencia; o sea, el deterioro cognitivo de un paciente, la pérdida de los conocimientos previamente aprendidos y la de corroborar nuevos conocimientos. El sistema nervioso central es el eje de todo el cuerpo, por lo que si éste no se encuentra bien, puede descompensarse todo. La enfermedad vascular cerebral es la tercera causa de muerte en el país”.

Asimismo, comenta que el alz- heimer se presenta principalmente en adultos mayores de 60 años en adelante, y que al inicio de esta enfermedad, el paciente se distingue porque inicia, paulatinamente, con alteraciones, pérdida del conocimiento o el olvido de cosas simples.

Algunos ejemplos, añade, serían olvidar cerrar las llaves de la estufa, cerrar la puerta de su casa, jalarle al inodoro, perder frecuentemente las llaves o dinero, cartera, lentes, etcétera.

Cuando la enfermedad ya está progresando, el paciente comienza a perder cosas más significativas: olvida dónde dejó cierto documento, por ejemplo, o la dirección de algún familiar, qué comió un día o una semana antes o qué hizo un mes o dos meses antes.

Ciertamente, asegura el especialista, no es un asunto de edad, pero, propiamente, el alzheimer se presenta en adultos mayores, tanto en hombres como en mujeres, y se calcula que 5% de la población tiene este problema.

Aclara que, aunque no es hereditario, sí se toman en cuenta los antecedentes, porque se ha visto que un porcentaje de pacientes con alz- heimer tienen antecedentes familiares: “Esto no significa que los descendientes de alguien que padezca alzheimer lo vayan a desarrollar, no, pero hay que reconocer un porcentaje menor que sí se asocia”.

El especialista y maestro de Neurociencias en la Universidad de Barcelona hace énfasis en que lo importante es saber distinguir todo tipo de demencias.

“Demencia senil y alzheimer no son lo mismo, porque existen varios tipos de demencias: hay algunas que son vasculares que se presentan porque hay múltiplos infartos cerebrales, por ejemplo, otras son metabólicas y se presentan en pacientes que tienen trastornos del hígado o renales, y también hay sustancias que intoxican la sangre y generan demencias”.

En este sentido, detalla que el cerebro, conforme se va avanzando en edad, se va haciendo más pequeño, y esa disminución del tamaño, ese deterioro, forma parte de lo que llamamos demencia senil, porque se van perdiendo habilidades con el tiempo, a algunos pacientes le pasa más que a otros... Esa demencia senil se va presentando con la naturalidad de la evolución del tiempo.

“El alzheimer se produce, en términos generales, por la acumulación de una proteína llamada tau: se va reduciendo el número de neuronas y ya trae la orden de que se produzca la degeneración de éstas y la producción de esa proteína”.

Castillo Rangel refiere que hace mucho se pensaba que el número de neuronas con las que nacíamos era el único que teníamos para toda la vida; sin embargo, asegura que aparecen nuevas neuronas en nuestro cerebro llamadas células totipotenciales, y cuando vamos estudiando, adquiriendo habilidades, como las manualidades, hay células totipotenciales o células madre que se transforman en neuronas, y éstas establecen más conexiones, de tal manera que se va adquiriendo una red que mejora nuestras funciones cognitivas.

Recuerda que ciertamente, hasta este momento, el alzheimer no tiene una cura, pero sí ha habido avance en medicamentos que son específicos y dirigidos. Cuando la enfermedad está en un periodo cognitivo leve, dijo, se puede frenar y hacer que su avance sea muy lento, por lo que es muy importante poner mucha atención en los trastornos de memoria, por insignificantes que sean. Éste es muy buen punto para poder prevenir.

El especialista indica que cuando el paciente está diagnosticado con alzheimer tiene que intervenir un equipo multidisciplinario, como lo es un neurólogo, un siquiatra, un neuropsicólogo, así como rehabilitación, cuidadores del paciente y, por supuesto, la familia.

Al respecto, resalta que la intervención del equipo multidisciplinario no sólo es para el paciente, sino también para los familiares, ya que la enfermedad es muy desgastante: “El paciente sufre muchas angustias porque se va dando cuenta de sus olvidos en una etapa ya muy avanzada; a veces, incluso, ya ni siquiera se percatan de lo que está sucediendo. Es al inicio cuando se dan cuenta de sus errores u olvidos, y por supuesto que esto les provoca mucha ansiedad e irritabilidad, y eso empieza a alterar el núcleo familiar”.

El presidente del Colegio Nacional de Neurocirugía hace las siguientes recomendaciones: “Para evitar todo tipo de enfermedades neurológicas, se recomienda hacer manualidades, como tejer, construir o hacer figuras... Estas actividades pueden lograr que el cerebro trabaje de una forma recreativa constructiva con base en las neuronas.

La alimentación, agrega, es un factor importantísimo: una alimentación balanceada, con todos sus nutrientes, y hacer ejercicio, no fumar, no beber, no ingerir tóxicos y desarrollar ciertas habilidades reduce el riesgo del alzheimer.

Aunque muchas veces se piensa que es por la edad, cuando se empiezan a notar problemas de memoria, como empezar a olvidar o extraviar cosas, quizá se trata de un paciente que tiene deterioro cognitivo leve, entonces reconocer esas fallas es una oportunidad para poder dar el tratamiento adecuado y que se frene el problema y éste no pase de ser un déficit cognitivo leve a una demencia.

El especialista en cirugía de base de cráneo manifestó su preocupación por las comunidades o regiones del país en las que las personas de escasos recursos no tienen acceso a servicios médicos y no saben si sufren algún tipo de demencia.

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