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justiciaysociedad@eluniversal.com.mx
Al cuestionarse cuál fue la herencia que dejó el movimiento estudiantil de 1968, el Centro Católico Multimedial (CCM) consideró que si bien provocó un quiebre generacional que motivó la transformación del régimen hacia una sociedad más participativa, en la actualidad existe un México con una alternancia política que puede revivir la tentación del poder absoluto escondido entre promesas de transformación.
“Hoy podemos vivir en un país donde se privilegia el debate y el intercambio de ideas; la alternancia política es realidad contra ese monolítico y pétreo régimen que ahora puede ser revivido por la tentación de poder absoluto, amparado en el discurso del populismo con epítomes de transformación y esperanza”, señaló.
El artículo publicado por el centro mencionó que los mexicanos luchan por defender sus derechos a partir de la organización, pero aún hay riesgos de radicalizar su lucha.
“Se tiende a descartar bajo la excusa de que supuestos dogmas son inadmisibles ante la pluralidad, la vida es relativa y la dignidad humana es puesta en la balanza del utilitarismo. Nuestro tiempo no es un oasis de justicia cuando se privilegia el clasismo político que acentúa las brechas y la impunidad es factor de corrupción”, indicó.
Con el título 1968, quiebre generacional, el CCM recordó que en ese año la sociedad civil tuvo un protagonismo para cambiar su situación ante un sistema político monolítico, que usó la represión como solución, pero justo ese abuso de poder hizo crecer la indignación de la gente, “que ya no quiso sostenerse en el falso espejismo de estabilización y artificial democracia que solapaba al autoritarismo”.
Agregó que lo ocurrido hace cinco décadas fue el resultado de una acción colectiva como motor de cambio, y a 50 años del 2 de octubre todavía se exige justicia: “A medio siglo, aquéllos reprimidos ahora son llevados como próceres”.