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Si el sábado pasado en los congresos distritales de Morena hubo jaloneos, balazos y rasurados en el padrón, “viene lo peor”, alertó la dirigente nacional de ese partido, Yeidckol Polevnsky,
“Me aterroriza y no me quiero hacer responsable de lo que pueda pasar” en las asambleas distritales que se realizarán hoy en siete entidades, cuatro de alta conflictividad: Veracruz, Oaxaca, Tabasco y Chiapas, además de Campeche, Yucatán y Quintana Roo, en donde se elegirá a 560 congresistas nacionales, 10 por cada uno de los 56 distritos.
En tanto, mañana los congresos serán en Guerrero, Morelos, Ciudad de México, Puebla y Tlaxcala, que elegirán 620 congresistas nacionales, 10 en cada uno de los 56 distritos.
La preocupación es porque el 12 de octubre hubo heridos y balazos en Jalisco y Sinaloa, estados considerados tranquilos; “imagínate lo que viene en Guerrero, Oaxaca, Coahuila, Veracruz... ¡Me aterroriza¡”, insistió Polevnsky, en entrevista con EL UNIVERSAL.
La dirigente dijo que, con “vergüenza”, debe admitir que no se vive un proceso limpio. “Me decepciona, me duele”, lamentó, pero vio viable suspenderlo y corregirlo antes de que “pase una desgracia”.
Pero los llamados hasta ahora no han tenido eco, y Morena irá hoy y mañana a un segundo bloque de congresos distritales.
Alta disputa interna. El proceso interno de Morena consiste en la celebración de 300 congresos distritales que elegirán, en cada uno de ellos, a 10 congresistas nacionales (3 mil en total), que son al mismo tiempo coordinadores distritales y consejeros estatales.
En el diseño de Morena éstos son los que elegirán, en consejos estatales simultáneos, el 10 de noviembre, a 32 líderes en las entidades del país. Y en Congreso Nacional, el 23 y 24 de noviembre, seleccionarán a dirigentes nacionales.
Esa cantidad de cargos ha detonado el alto interés en el proceso; “todos quieren ser de Morena”, advierte Polevnsky, quien ha denunciado un padrón de militantes “100% manoseado”.
De hecho, la queja de tres de los cuatro candidatos a la dirigencia nacional de Morena —Polevnsky, el líder de los diputados morenistas, Mario Delgado, y Alejandro Rojas Díaz-Durán, senador suplente— es que el padrón no da certeza, no fue auditado ni público.
Por el contrario, Bertha Luján, presidenta del Consejo Nacional de Morena hasta su asamblea este domingo y quien ha sido señalada de ser la beneficiaria del activismo de funcionarios públicos en el proceso partidista, descartó ayer problemas en el padrón o irregularidades y señaló que la violencia en Jalisco fue “externa”.
La misma postura tiene la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia de Morena, que encabeza Héctor Díaz Polanco, para quien la violencia fue focalizada, por lo que los congresos no se suspenderán.
Pero las alertas sobre irregularidades y riesgos también han sido lanzadas por diputados federales de Morena de Oaxaca, Chiapas y Veracruz, tres de las entidades con congresos este fin de semana.
Los legisladores Claudia Martínez Aguilar, de Chiapas, y Víctor Blas López, de Oaxaca, acusaron que funcionarios federales, locales y municipales actúan como “mapaches” del PRI y operan un fraude, con compra de votos.
El diputado Armando Contreras, de Oaxaca, alertó además congresos “inmanejables”, pues hay 218 mil afiliados en 10 distritos de su estado, por lo que potencialmente podrían acudir 20 mil a cada uno.
El proceso de todas formas será impugnado y eventualmente declarado inválido, según Rojas Díaz- Durán, debido a un padrón sin certeza; a que no se publicó en tiempo y forma; a falta de publicación oportuna de sedes y horarios, además de intervención de funcionarios públicos y violencia.