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La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) destacó que en los últimos 30 años, la región de América Latina y el Caribe presentó de manera sistemática los niveles de desigualdad de ingresos más elevados de todo el mundo.
Asimismo, el organismo internacional aseguró que dicha desigualdad es inaceptable desde una perspectiva de derechos y justicia social. Además de ser contraproducente para el crecimiento económico, de erosionar la cohesión social y la estabilidad de los pactos sociales.
Dichos resultados se presentaron en el marco del G20, en el informe La trampa de alta desigualdad y baja movilidad social en América Latina y el Caribe.
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Alberto Arenas, director de Desarrollo Social de la Cepal, dio a conocer el documento que solicitó Brasil ante la cumbre. El informe se elaboró para abordar la primera prioridad del grupo de trabajo sobre el desarrollo del G20, relativa a la lucha contra las desigualdades. En tanto, en el estudio se destacó que la desigualdad extrema que caracteriza a América Latina y el Caribe en múltiples dimensiones es una trampa que obstaculiza el progreso hacia el desarrollo sostenible.
Otro punto que destacó la Cepal sobre la desigualdad es que contribuye a perpetuar otras dos trampas estructurales del desarrollo en la región: la incapacidad para crecer a largo plazo y la debilidad institucional y de gobernanza.
Desde el punto de vista económico, la desigualdad resulta ineficiente por diversas razones como las brechas en el acceso y la calidad en áreas como la salud, la educación, los servicios básicos, la vivienda que afecta la capacidad de generar habilidades, las oportunidades de inclusión laboral, en el contexto que el mundo se encuentra cada vez más digitalizado.
En términos de productividad económica e ingresos individuales, tiene consecuencias negativas, por ejemplo: se estima que el costo del hambre equivale en promedio al 5.2% del Producto Interno Bruto (PIB) en 11 países de América Latina. Si se le suma el costo del sobrepeso y la obesidad, la estimación aumenta a un promedio equivalente del 6.5% del PIB.
En los últimos 30 años, la región de América Latina y el Caribe presentó de manera sistemática los niveles de desigualdad de ingresos más elevados de todo el mundo, resaltó la Cepal.
Asimismo, el organismo internacional compartió algunos factores que explican la elevada desigualdad y lo bajos niveles de movilidad y cohesión sociales en los países de la región que son: el escaso crecimiento que genera mercados laborales poco dinámicos y con altos niveles de informalidad, así como las grandes disparidades en la productividad, que se traducen en mercados laborales segmentados, con diferencias significativas en materia de remuneraciones.
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Los sistemas tributarios regresivos, las débiles políticas sociales y de protección social, que no reducen los efectos de la desigualdad arraigada en el ámbito productivo.
Los sistemas educativos que presentan debilidades graves, no sólo por las altas tasas de abandono de la educación secundaria, sino también por los deficientes resultados de aprendizaje, que no responden a las nuevas necesidades.