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Al llegar a sus 91 años de existencia, el PRI está fuera de la escena política y no cuenta con liderazgos que le permitan resurgir y volver a tener el poder que tuvo por más de siete décadas seguidas, consideraron analistas políticos.
El politólogo y catedrático de la UNAM Edgar Ortiz Arellano consideró que el partido está en medio de un escenario complicado. Si bien es el más antiguo en el México contemporáneo y en momentos demostró tener la capacidad de adaptarse y afrontar retos, hoy eso no le es suficiente para resurgir.
“El problema es que salió en muy malas condiciones la última vez que tuvo el poder. En 2012 resurgió y con muchas expectativas, pero también con un buen número de gobernantes jóvenes que no supieron hacer las cosas.
“Hoy lo que vemos es cómo ese gobierno que encabezó Enrique Peña Nieto se desgastó con actos de corrupción y falta de estrategias políticas para tratar asuntos como el de Ayotzinapa. Salió el PRI por la puerta de atrás”, expuso.
Ortiz Arellano aseveró que el problema del tricolor es que no se define como una oposición.
“No sabemos si es por negación o por vocación que no se le ve como una oposición. El PRI está desaparecido de la escena política.
“La función de los partidos de oposición es defender a la población de los abusos de poder y el PRI ha renunciado a ello”, mencionó.
Cuestionó, incluso, el papel de los gobernadores priistas frente al actual gobierno.
Por su parte, el politólogo de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Víctor Alarcón mencionó que el partido no tiene un liderazgo duro para regresar como fuerza política, ya que los errores del pasado le han costado el rechazo y hartazgo del electorado.
“Los antecedentes de priistas ligados con el crimen y actos de corrupción nos deja un repertorio de cuadros políticos con liderazgos sin capital político, sin nivel de discurso que les permita generar un contraste con la Presidencia.
“Esa experiencia que tenían antes hoy no la vemos con Alejandro Moreno, él no tiene el background, el roce político que implicaba tener presencia nacional”, refirió.
Además, sostuvo que la nueva dirigencia del PRI mantiene un estilo tradicional que lo lleva cuesta abajo y que esto se refleja en la influencia que genera con los electores y con su militancia.
Refirió que la militancia de este partido siempre se caracterizó por la fidelidad que aportaba, pero que con el paso de los años ha cambiado: “Ya no existen los votantes fieles en el PRI y esto puede ser un condicionante para las elecciones de 2021, porque bajo este esquema de voto a cambio de quién me puede ofrecer o quién puede poner a mi alcance los programas sociales, probablemente baje el número de diputados federales, presidencias municipales y regidurías; esta elección será determinante”.
Sobre la posible extinción del partido, Alarcón comentó que dependerá de las tendencias electorales, pero que es muy fácil vislumbrar la situación. Puede desaparecer, dijo, si no cambia su manera tradicional de acercarse a la sociedad que ya ha cambiado.