Cecilia Patricia Flores Armenta, fundadora de Madres Buscadoras de Sonora, reconoce que teme por su vida y la de sus seres queridos, debido al incremento de amenazas en su contra, por lo que hoy presentará una denuncia ante la Fiscalía General de la República (FGR) en compañía de integrantes de la familia LeBarón.

“No sabemos de dónde provengan las amenazas de muerte. Siempre he dicho que le tengo más miedo a las autoridades que al cártel, porque al cártel no le debo nada.

Sostiene que tiene mucho miedo, “no solamente por mí, también por la vida de mis cuatro hijos, dos mujeres y dos varones. Tengo terror de estar con ellos y que llegue alguien y nos quite la vida; ese es el miedo más grande. Pido que la seguridad sea permanente. Nadie se preparó para estar en este lugar, era feliz antes de que desaparecieran [sus hijos]”.

La activista destaca que durante sus búsquedas ha recibido las amenazas e insiste en que se debe visibilizar que las autoridades no llevan a cabo su trabajo, porque ha brindado los elementos para que por lo menos, sostiene, realizaran las investigaciones.

La activista, quien busca a sus hijos Alejandro Guadalupe, desaparecido en Sinaloa, y Marco Antonio, en Sonora, exige a los funcionarios que lleven a cabo su trabajo.

“¿Qué esperan, que me maten para hacer las investigaciones? Las llamadas que me han hecho de amenazas no las han rastreado (…) No saben nada las autoridades, solamente que son perfiles bajos”, expone la dirigente y fundadora del colectivo Madres Buscadoras de Sonora.

Señala que las autoridades tienen las herramientas para rastrear cualquier llamada y saber de dónde salen, pero no lo han hecho porque de lo contrario, ya hubieran dado información.

Ceci Flores externa que no cuenta con seguridad más allá de un botón de pánico “que se apaga a la vuelta de la esquina” y acusa que recibe amenazas más constantes cuando hace búsquedas.

“Muchas veces no decimos nada por miedo. Ya no sabemos de quién cuidarnos… Es bien triste, tremendo y doloroso vivir con el miedo permanente y lo peor es que no le debo nada a nadie, sólo expreso mi dolor en la búsqueda de mis desaparecidos, por la necesidad que tengo de traerlos de vuelta a casa”, asevera.

“Ahora están dando una recompensa para ver quién me mata… Está muy feo, son llamadas y después de meses de estar sufriendo este dolor, las autoridades no han hecho nada, no hay una carpeta de investigación.

“En Sonora cuento con seguridad permanente y todo el apoyo, pero cuando voy a Sinaloa, a Jalisco, he sufrido atentados, persecuciones durante las búsquedas, aplastamos el botón de pánico y nunca llega la autoridad”.

La mujer de 48 años señala que están desapareciendo y matando a las madres, pero enfatiza que su fe la mantiene de pie.

“Cada vez que veo a una mamá que encuentra a su hijo y se aleja del grupo por miedo, pienso que a lo mejor por eso no encuentro a mis hijos, porque todavía me faltan muchos por encontrar… porque quizás me voy a volver como una de esas mamás que piden ya no buscar porque reciben amenazas”, refiere.

Reconoce que está cansada de luchar, pero asegura que no se puede rendir porque tiene dos hijos que deben regresar a casa y miles de madres confían plenamente en ella para que sus hijos puedan ser localizados.

“No me puedo dar el gusto de decir ya no puedo más… mis hijos en algún lugar del mundo me están esperando con los brazos abiertos y mis miles de hijos que adopté en el camino en la búsqueda de los míos”.

Detalla que desde 2019 hasta la fecha el colectivo ha localizado a mil 220 personas con vida y mil 100 fallecidas.

Marco Antonio, uno de sus dos hijos varones, desapareció en Bahía de Kino, Sonora, el 4 de mayo de 2019. Ceci Flores también está busca de Alejandro, desaparecido en Los Mochis, Sinaloa, en octubre de 2015.

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