M ientras protestaba por el feminicidio de Bianca Alejandrina Lorenzana Alvarado frente al ayuntamiento de Cancún, en Quintana Roo, Wendy Galarza, fue agredida por el cuerpo de policías que dispersaron la protesta con tiros al aire y otro tipo de agresiones en contra de las asistentes.
“Estaba tratando de huir del lugar. Salí con mi novio en su motocicleta y fue ahí donde nos increparon los policías, uno se puso delante, otro al costado, para patear la moto, entonces caímos y ahí empezaron a torturarnos con golpes de sus escudos, macanas, ramas de árboles, entre otras cosas más”, narró en entrevista con EL UNIVERSAL.
Al sufrir varios traumas a causa de los golpes, la puericultora, no distinguió el dolor de las dos balas que atravesaron su pierna y su vulva. “Te vamos a dejar peor que a Alexis”, le gritaron policías estatales y municipales que la seguían violentando.
Al liberarse de sus agresores, Wendy fue en seguida en busca de atención médica y, a dos días de la agresión, interpuso una denuncia contra los responsables por el daño físico.
Desde ese día, Wendy Galarza, que disfrutaba de pasear en bicicleta, tuvo que empezar a usar bastón porque las heridas causaron un daño severo en su motricidad.
Además, dejó de lado los planes de vida que llevaba a cabo para convertirse en defensora de sus derechos humanos y los de otras mujeres agredidas en la protesta.
“Lo he platicado con otras amigas que me encuentro en este camino, que nosotras no es que queramos ser defensoras de derechos humanos sino que nos convertimos después de lo que nos ocurrió porque ni el gobierno, ni las autoridades de seguridad hacen su trabajo para defendernos”, señaló.
Dos días después de los hechos, la mujer de 30 años y otras víctimas acudieron a la Fiscalía estatal para interponer denuncias.
Integraron una sola carpeta para nueve víctimas; hay tres carpetas abiertas en materia legal que señalan a 11 altos mandos por omisión; otra con tres policías señalados por agresiones con arma de fuego que dieron positivo a las pruebas de radisonato y una última en donde denunciaron tortura sexual a otras dos mujeres.
“Pero con esas carpetas estamos en juicios que no podemos avanzar por omisiones y negligencias para que desistamos por el hartazgo, como en todos los niveles de gobierno, en donde le apuestan al hartzago para que dejemos de insistir con un tema”, indicó.
A raíz de la represión policial del movimiento en contra de la violencia de género que se realizó aquel 9 de noviembre de 2020, Wendy y otras mujeres formaron el Comité de Víctimas del 9N, con el que exigen una reparación del daño.
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