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La consolidación de una aerolínea operada por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) debe atravesar pruebas de viabilidad jurídica, financiera y técnica, destacaron especialistas en la industria.
Además, el trámite para la concesión de la aerolínea, sumado al certificado de operación aérea tardarían al menos un año, respectivamente.
Rogelio Rodríguez, exdirector general adjunto de Transporte y Control Aeronáutico, explicó que es viable jurídicamente que la Sedena administre una aerolínea, pero deberá constituir una nueva empresa para solicitar la concesión. Es decir, no puede ser la misma bajo la que opera el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA).
“¿Quién puede obtener una concesión? Una persona jurídica mexicana. La ley no prevé que sea una entidad pública, sino una empresa, sociedad”, expuso en entrevista con EL UNIVERSAL.
Sin embargo, aclaró que la viabilidad jurídica debe estar acompañada de lo técnico, administrativo y financiero. La Sedena debe demostrar que tiene conocimiento en aviación civil y la estructura para gestionarla.
“El éxito de la operación dependerá del tipo de oferta que se haga, la capacidad para poder entrar y competir, desarrollar un modelo de negocios que le permita la estabilidad y que sea capaz de satisfacer un mercado difícil porque tenemos un déficit”, dijo Rodríguez.
La obtención de la concesión podría tardar un año, ya que se debe evaluar un plan de negocio, el estudio de mercado y la viabilidad administrativa, técnica, jurídica y financiera.
En tanto que el certificado de operador aéreo podría demorar un año más, ya que contempla las aeronaves, personal capacitado para operación y mantenimiento, entre otros puntos. En los países que han tenido aerolíneas militares, como Ecuador, Cuba y Argentina, la aviación sufrió un colapso, ya que las reglas del juego no son parejas, consideró Humberto Gual Ángeles, secretario general de la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores de México (ASPA).
“Si fuera una necesidad imperante de tener más aviones o una aviación más grande, podrían dar otro esquema... zapatero a tus zapatos, el instituto armado tiene un objetivo muy diferente que es atender a la sociedad y a la nación, muy diferente a hacer una aerolínea. “Vamos a desequilibrar el sector aeronáutico de una manera importante... mejor alentemos la participación de la iniciativa privada”, manifestó .
Juan Carlos Machorro, experto en derecho aeroportuario y aeronáutica, señaló que el Ejército debe demostrar que tiene capacidad técnica: “Una cosa es la aviación civil y una muy distinta es la aviación militar. Las capacidades, especialidades y orientación son absolutamente distintas”, enfatizó.
Además, puntualizó que tendría que modificarse la ley para que la Sedena pueda administrar una aerolínea y no bastaría con cambios a un reglamento.
“¿Cómo estamos pensando en constituir una empresa de la Sedena para operar una línea aérea cuando nuestro sistema de aviación y la industria en general en México tiene tantos retos pendientes?”, cuestionó Machorro.
Raúl Benítez Manaut, experto en temas de seguridad y Fuerzas Armadas, consideró que la aerolínea “es poco viable por el tiempo y lo ambicioso del proyecto, no queda claro si es institucional, de la Fuerza Aérea, se requiere más información.
“Además, sería una aerolínea que tendría ventajas competitivas, porque decir que el avión presidencial es de ellos, pues no porque se compró con dinero de la Secretaría de Hacienda y si lo hacen aerolínea y lo usan es competencia desleal contra las otras aerolíneas”, refirió.
Francisco Madrid, director del Centro de Investigación y Competitividad Turística Anáhuac, coincidió en que puede ser viable la empresa, aunque no ve una fundamentación por la cual el Estado la necesite.
“No es un problema de capacidad, por supuesto que la tendrá, pero no le encuentro mucho sentido a que hubiera una intervención de esta naturaleza”, expuso.
Respecto a si este modelo existe en otros países, señaló que al menos “no en algún país desarrollado turísticamente”.
Avión presidencial, sólo viable
para vuelos al extranjero
Rogelio Rodríguez consideró que el avión presidencial sólo sería viable para vuelos de larga distancia al extranjero, y limitado a aquellos clientes con capacidad económica para pagar un servicio de lujo.
“Para no reconfigurar la aeronave, prácticamente tendrían que ser viajeros o pasajeros que tengan la capacidad de pagar una tarifa tal para que disfruten a bordo de una suerte de suits y confort que lo más cercano son ciertas empresas asiáticas”, indicó.
Por ejemplo, dijo que un viaje de Ciudad de México a Tijuana no sería rentable tan sólo por el costo de combustible contra la posible ganancia.
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