En cuatro días, Adán Augusto López Hernández, titular de la Secretaría de Gobernación (Segob), pasó de volar en un avión Gulfstream G350 de la Guardia Nacional (GN) para promover la consulta de revocación de mandato a abordar un repleto vagón del Metro capitalino en su intento por evadir las preguntas de la prensa.

Ayer a las 13:10 horas, justo en la esquina entre Palacio Nacional y la parte trasera del edificio de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), en donde hoy se discutirá la acción de inconstitucionalidad contra la reforma eléctrica, el secretario protagonizó un curioso recorrido por las calles del Centro Histórico de la Ciudad de México, en el que hizo prácticamente de todo para evadir las preguntas de los reporteros.

Bajo el fuerte sol, al bajar de una camioneta negra y después de platicar con Ariadna Montiel, titular de Bienestar, López Hernández se dirigió a la Suprema Corte de Justicia. Sin embargo, la prensa al verlo le preguntó si acudía a platicar con los ministros, situación que negó.

“No, no voy a eso, voy a otra cosa”, dijo nervioso sobre la calle Erasmo Castellanos y acompañado de cuatro escoltas.

Frente a la puerta de la Corte que se encontraba abierta para que entrara, López Hernández pasó de largo, mientras una nube de reporteros preguntaba si había abordado el avión de la Guardia Nacional el fin de semana para promover la consulta de revocación de mandato en Sonora y Coahuila.

“No voy a dar ninguna declaración, gracias”, respondió.

Sorteando a vendedores ambulantes que preguntaban quién era el hombre que era seguido por reporteros y camarógrafos, el secretario de Estado negaba tener intención de entrar a la Suprema Corte de Justicia.

Ante la insistencia aseguró: “De ninguna manera violé la ley” y en su momento ante las autoridades correspondientes, aclarará ese asunto. “Ya lo aclararé en su momento”, insistió.

“Voy a la iglesia... no, a unas oficinas

“Voy a la iglesia”, respondió en la esquina de Pino Suárez y Venustiano Carranza para tratar de despistar a los periodistas.

Al insistir a dónde se dirigía, el secretario cambió su opinión y dijo que iba a “unas oficinas”, pero en otro cambio de decisión ingresó a la estación Zócalo del Metro de la Ciudad de México.

Al bajar las escaleras de la estación, el funcionario reiteró que no haría comentarios.

“¿Baño de pueblo?”, se le preguntó. “No”, contestó rápido.

Ahí, al reconocerlo, un joven le pidió una selfie y emocionado, le prometió volverla viral.

Uno de los ayudantes (escoltas) compró rápido un boleto de Metro para el secretario, quien con la esperanza de que la prensa ya no lo siguiera se despidió. Sin embargo, las preguntas continuaron después de pasar los torniquetes.

“Voy a Cuatro Caminos”, dijo mientras bajaba los escalones. Un minuto después apareció un vagón del Metro y el secretario se puso el cubrebocas e ingresó. Las miradas de docenas de pasajeros se fijaron en el funcionario federal, quien tranquilo se agarraba de un tubo, mientras que parecía leer un anuncio pegado en el vagón, que arrancaba su marcha.

Unos 40 segundos más tarde, a las 13:29 horas, descendió en la estación Allende, siempre no fue a Cuatro Caminos, y se enfiló a la calle de Tacuba en donde un peatón le pidió otra selfie.

A manera de despedida, sobre la transitada calle, el secretario de Gobernación dijo a los cuatro reporteros que habían logrado seguirlo: “Ahora sí, ya cumplí, hecho, gracias, que les sea leve”.

Acompañado por sus cuatro ayudantes (guardaespaldas), caminó rumbo a la calle 5 de Mayo, en donde abordó un taxi de regreso a Palacio Nacional.

Una hora después, a las 15:02 horas, frente a la esquina en donde comenzó todo el curioso episodio, se vio a Adán Augusto salir del edificio de la SCJN, donde una vez más dijo que no daría declaraciones sobre su visita a ese lugar en el que hoy se discutirá la acción de inconstitucionalidad de una de las leyes más importantes que ha presentado el gobierno del presidente López Obrador.

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses